ECONOMÍA DEL DESPILFARRO

Focus: Economía
Fecha: 06/09/2023

Ya sé que resulta contradictorio, pues economizar (evitar el gasto innecesario) no casa con despilfarro (gasto excesivo o innecesario), pero es así como se construye el mundo de hoy, obteniendo réditos personales de la militarización de la sociedad.

Ya tenemos las cifras cerradas y en parte auditadas del gasto militar mundial en el 2021. Totalizan 2,1 billones de dólares, que es una cifra superior al PIB de la práctica totalidad de los países del mundo, con la excepción de nueve (Estados Unidos, China, Japón, Alemania, Reino Unido, India, Francia, Italia y Canadá). Probablemente la guerra de Ucrania y la consiguiente reposición de stocks harán que en el 2022 solo siete países superen con el PIB el monto de los presupuestos militares.

Nuestra sociedad está desquiciada. Es fácil comprender que el gasto militar es un gasto doblemente dañino. Genera un empleo nocivo y destruye activos de cualquier naturaleza, no solo humanos. Y los responsables de este desaguisado nos conducen a un callejón sin salida. La historia nos ofrece episodios de esta guisa y todos acaban mal.

Y hay que recordar que el PIB es una variable macroeconómica que expresa el valor monetario de la producción de bienes y servicios de demanda final de un país en un año. O sea que la generación de riqueza que somos capaces de producir entre todos es inferior, en la gran mayoría de los casos, a lo que el brazo militar mundial exige. Y aquí todo el mundo callado.

Será por eso que cuando veo a la señora Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, negándose a encontrar una fórmula de paz en el conflicto eslavo mientras continúa flirteando con el turbio señor Zelensky, mis mecanismos de control bordean el límite. Poco me importa que los voceros del “pensamiento único” cuenten otras cosas. Yo estoy a favor de la paz, pero no de la paz de cementerio. Me sobran las armas y quienes hacen uso de ellas.

Porque la rotundidad de los hechos produce escalofríos. La estimación del gasto militar en miles de millones de dólares por países es ésta (2022):

▪ Estados Unidos…  $ 877

▪ China … $ 293

▪ Rusia … $ 86.4

▪ India … $ 81.4.

▪ Arabia Saudita … $ 75.

▪ Reino Unido … $ 68.5

▪ Alemania … $ 55.8

▪ Francia … $ 53.6

▪ Corea del Sur … $ 46.4

▪ Japón … $ 46.

(fuente: Statista).

 

En el colmo del cinismo, algunas instituciones presentan estos datos en relación al PIB de cada país y así queda semioculto el gran disparate. Veamos el nuevo ranking:

▪ Ucrania … 9,46 % de su PIB.

▪ Arabia Saudita… 8,19 %.

▪ Omán … 8,11 %.

▪ Qatar … 5.88 %.

▪ Algeria … 5,70 %.

▪ Kuwait … 5,66 %.

▪ Israel … 5,09 %.

▪ Jordania … 4,81 %.

▪ Armenia … 4.53 %.

▪ Azerbaiján … 4,53. %.

(fuente: SIPRI).

 

Lo de Ucrania era previsible. El resto de países tienen recursos estratégicos (petróleo y otros) y vínculos históricos o coyunturales (caso de Ucrania) con Estados Unidos. Sus presupuestos militares se basan en compras al exterior.

Los grandes productores pasan desapercibidos en este listado (Rusia, 3,98%, Estados Unidos 3,48%, India 2,58%, China 1,72%). La diferencia es que estos países son productores, exportadores y consumidores. Arabia Saudita destaca como el principal gran importador.

Se diría que vamos sobrados de dinero y por eso potenciamos la economía del despilfarro y no es así. Con datos cerrados a junio del 2022, la Deuda Pública mundial sumaba 305 billones de dólares (trillones americanos), lo que significa que cada ciudadano del mundo debía 37.500 dólares, cuando el PIB per cápita era solo de 12.000. Y ya sabemos que donde hay un deudor hay un acreedor. ¿Cuál es la lógica perversa de este círculo infernal?

Las organizaciones supranacionales de tipo militar (como la OTAN) animan además a ampliar los presupuestos, contando con el apoyo de los lobbies, grupos de presión próximos a los militares de cada país. No olvidemos que el principal cliente de Estados Unidos es el propio Pentágono. Luego lo disfrazarán con soflamas patrióticas que no tardarán en recibir el aplauso de una sociedad alienada.

Hay excepciones como Costa Rica, Panamá e Islandia, que no tienen presupuesto militar. El caso de Islandia es notable. Es miembro de la OTAN, contribuye a su presupuesto y provee a la organización de radares estratégicos. Pero  nada más.

Es un país civilizado.

 

 

 

 

 

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