EL BICARBONATO

Focus: Sociedad
Fecha: 13/01/2003

Es un remedio antiguo, que tiene sus detractores entre los profesionales de la medicina, pero que se agradece en ocasiones, cuando la digestión es lenta y pesada y no hay forma de recuperar el aliento.

Lo asociamos a comidas abundantes, a guisos mal deglutidos, a cavas envejecidos por procedimientos no naturales, a las prisas que nos acompañan en los teóricos momentos de placidez, cuando en lugar de ocuparnos del yantar, aprovechamos la ocasión para mezclas espurias como “comidas de negocios” y otras zarandajas de similar calibre.

Pero no sólo de pan vive el hombre.

Hay indigestiones peores, que nos acosan a diario desde frentes sociales y políticos, y ante las que pedimos el remedio fiel que ayude a disipar nuestros meteorismos.

Manolo Vicent, soberbio escritor y extraordinario retratista, ha descrito con singular acierto los perfiles de la señora Ana Botella, que, en su última “performance”, ha producido desasosiego en nuestro ya castigado sistema mental y biológico.

Hay que leer “El País” del domingo 12 de enero y guardar ese retrato en nuestra hemeroteca particular..

Al final de su estimulante descripción, dice Manolo Vicent:

“Ahora Botella ha irrumpido en la política como el corcho de una botella de cava. En esta sociedad sin ideales la política se hace con imágenes, golpes de efecto, cotilleos de tertulia y telediarios basura. No cabe duda de que esta mujer pasará como un viento caliente de secador de peluquería por todas las portadas de revista convertida en materia de degustación para una infinidad de marujas. Ana Botella pertenece a la derecha de toda la vida, que hace caridad perfumada, que se afinca en las opiniones del confesor y que sueña con casar bien a los hijos con familias establecidas y bien pensantes. La boda de El Escorial es la lacra de un mal sueño: tratar de pasar de una clase media de valores clásicos con caldo de fideos en sopera de alpaca a un mundo de oligarquía financiera aristocrática. Desde esa altura se inician las caídas”.

Bravo Manolo por ayudarnos a eructar.
Alf Duran Corner

 

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