EL CORTIJO CONVERGENTE
Focus: Política
Fecha: 22/10/2001
El Sr. Pujol y su partido, Convergencia Democrática, han hecho de Catalunya su feudo personal, han patrimonializado el hecho diferencial catalán y han ido cubriendo todas las áreas del poder, no sólo las públicas sino incluso las privadas.
En estas circunstancias y tras las últimas elecciones autonómicas, que perdieron en las urnas pero que ganaron por el voto de la hectárea, han visto con muy malos ojos que el Sr. Maragall presentara, en nombre de los socialistas, un voto de censura en el Parlament.
Han ganado, como era de esperar, gracias al apoyo directo de sus socios de gobierno (ese curioso partido llamado Unió Democrática) y el indirecto del Partido Popular (que les dicta el guión cuando conviene). Incluso han contado con la abstención de Esquerra Republicana (posicionado como Convergencia-bis), que probablemente es un partido nacionalista catalán, pero que por sus actitudes y conductas está muy lejos del republicanismo y del progreso.
Pero el problema subsiste, porque la no candidatura de Pujol hace presumir una pérdida del virreinato en las próximas elecciones autonómicas.
El problema no es de Pujol, que quedará como "padre de la patria" (catalana, por supuesto), sino del conjunto de redes construidas por él que se han hecho dueñas de la sociedad civil y que encontramos en un tupido aparato burocrático, pero también en lugares periféricos como los medios audiovisuales de administración pública y en muchos espacios privados (el dinero siempre está orientado al poder).
Por eso estos chicos, a los que se tendría que buscar trabajos bien remunerados tras una prolongada vacación como funcionarios protegidos, harán todo el trabajo sucio que sea necesario para evitar el triunfo del candidato socialista.
Los próximos dos años van a ser de órdago. Observen como se mueve la jauría.
