EL ESPERPENTO DEL AÑO

Focus: Política
Fecha: 06/11/2015

Entre las múltiples opciones que ofrece la sociedad española, no resulta fácil elegir el “esperpento del año”. Pero es probable que el propio Valle-Inclán, con su implacable conciencia crítica, hubiera elegido la corrida de toros organizada en San Sebastián durante el mes de agosto, a la que asistió el pleno de la institución monárquica.

Hay una foto magnífica que podríamos enmarcar en la historia negra de un Estado en descomposición: en ella un torero, con su florido “traje de luces” (que no son las luces de la Ilustración) saluda a parte de las autoridades presentes, personificadas en el señor Juan Carlos de Borbón, su hija Elena y sus nietos Juan Froilán y Victoria Federica. Es decir, tres generaciones, representado a la jefatura del Estado, defensoras de la “fiesta nacional”. Tres generaciones culturalmente asociadas a la barbarie de un espectáculo sádico y grotesco.

Lo más aberrante del caso es la insistencia de esos colectivos en defender el “espectáculo”, hasta el extremo de asociarlo a las libertades. Según el torero Enrique Ponce, la presencia del señor Juan Carlos era “un claro gesto de democracia y libertad”. Ante todo esto, sólo una escasa minoría (apenas doscientas personas) se manifestó en el exterior de la plaza con gritos como “La tortura no es arte ni cultura” y “Vosotros fascistas sois los terroristas”. Cabe señalar el silencio cómplice del PNV (como es habitual) y la crítica de la portavoz de Bildu en el ayuntamiento, que denunció la imagen “cutre y esperpéntica” que se daba de la ciudad.

Tomando como metáfora la distorsión de la imagen frente a los espejos cóncavos y convexos, Valle-Inclán pretendía expresar la estética grotesca de la sociedad española y de los personajes que la representaban.

El autor citaba como referencia las pinturas negras de Goya, con sus duelistas, monjas, inquisidores, romeros, procesiones, aquelarres, etc. Todo un rosario de características de una sociedad enferma que, a pesar de los siglos transcurridos, no ha sido capaz de cambiar su concepción del mundo.

Ahora el ministerio de Educación (sí, sí, el de “Educación”) se propone incorporar a la Formación Profesional básica una especialización en Tauromaquia. El curso tendrá una duración de 2.000 horas y, tras las pruebas correspondientes, se obtendrá la titulación, que les permitirá ejercer de novillero, banderillero o picador.

Esto forma parte del programa modernizador del Partido Popular, que aprovecha sus últimos coletazos de final de ciclo parlamentario para presentar sus últimas ocurrencias.

Se puede interpretar como la ratificación política del “esperpento del año”.

¡ Qué asco !

Alf Duran Corner

 

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