EL FRACASO DE LAS "ÉLITES"
Focus: Economía
Fecha: 13/09/2013
La “élite” puede definirse como una minoría selecta y destacada en un ámbito social dado. En su origen, el estatus no se alcanzaba a través del dominio y el poder sino por autoridad moral. La élite estaba formada por hombres honestos y buenos. Luego, al pluralizarse, se vulgarizó, como casi todo.
Estos días las “élites” se han reunido en San Petersburgo, han tomado café juntos, han hecho declaraciones públicas vacías de contenido, han prometido mejoras insustanciales, se han felicitado mutuamente y han vuelto al confort de sus Estados refugio.
El motivo era la reunión programada del G-20, que en principio es un foro económico en el que se habla de temas de actualidad, la mayoría de ellos alejados del ámbito económico. En este caso, el tema central era el conflicto de Siria, en el que las “élites” discrepan. Hasta ahora observaban la matanza desde la distancia y no se implicaban más que indirectamente, pero los muertos por el gas Sarin les han parecido obscenos y no han podido metabolizarlos. Unos quieren intervenir, otros quieren y no pueden, unos terceros “no saben, no contestan” y unos cuartos se oponen. A los Estados Unidos y a su presidente sólo les falta publicar un anuncio indicando la hora y la fecha de la intervención virtual. Para Occidente es un juego de salón a la hora del telediario.
El G-20 lo conforman el G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido), más Rusia (G-8), más once países emergentes (Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica y Turquía). Para completar el grupo se halla también presente un representante de la Unión Europea. El resto (como el caso de España) son “países invitados”. Cada país está representado por su jefe de gobierno, ministro de finanzas y gobernador del banco central.
Puntualmente, como si no fuera con ellos, se debatió sobre el paro (la OIT calcula que terminaremos el año con 202 millones de personas desempleadas y registradas, con España encabezando el ranking). Se insistió en la flexibilidad, en reducir el coste no salarial de los contratos (cotización a la Seguridad Social, indemnización despido, etc.), en bajar la protección social (seguro de desempleo). También hubo una referencia a la lucha contra la evasión de impuestos (siempre queda bien) y, en particular, a limitar la abusiva práctica de ingeniería fiscal de las multinacionales “parole, parole, parole…”
Tampoco podíamos esperar más de unas “élites” formadas por los señores Obama, Cameron, Hollande, Durao Barroso, Putin, etc. El señor Rajoy ha salido muy satisfecho. Su portavoz en España señor Montoro ya ha empezado su letanía de alabanzas: “España vuelve a dar lecciones al mundo”.
Menuda desvergüenza.
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