EL GRAN AUSENTE
Focus: Política
Fecha: 27/06/2014
El punto discordante en la coronación de Felipe VI como rey de España ha sido la eliminación de “la roja” de los campeonatos mundiales de fútbol. Yo creo que el espíritu de “el gran ausente” algo ha tenido que ver en esta coincidencia, pues “él” jamás hubiera permitido que los fastos del mantenimiento de una estirpe monárquica que él reinventó se cruzaran con uno de los calificativos que más odiaba. La España de los borbones no podía ser una España “roja”.
Claro que todavía hubiera sido peor una España “rota”, pero el bloqueo de esta opción lo había dejado en manos de sus aventajados discípulos, bien colocados en las altas instancias del Estado (gobierno, tribunales, generalato, conferencia episcopal), que han sellado las puertas de salida y mantienen el espíritu de la “España, una, grande y libre”, que él esculpió fusil en mano.
“Tengamos la fiesta en paz”, que hubiera sermoneado el señor Rouco Varela, otro de sus entusiastas seguidores. Y así ha sido. Ellas con sus falditas kitsch y sus colorines; ellos con sus camisas almidonadas y sus relucientes chaqués, como un conjunto de “butlers” castellanizados, siempre solícitos y dispuestos a complacer a su señor. Algunos con semblante serio y casi preocupado, como queriendo expresar la importancia “histórica” del acto (pura simulación); otros, sonrientes y festivos, prestos a celebrarlo. Medallas, cortinas, ujieres, capas, fajas y fajines, banderas, banderines. Políticos de ayer y de hoy. Invitados especiales, habituales de los programas rosa de las televisiones públicas y privadas adictas al Régimen. Un aquelarre.
Digno espectáculo, al que “él” hubiera dado su visto bueno. ¿O es que estas Cortes Generales no son lo más parecido a las Cortes ante las que Juan Carlos juró lealtad a Su Excelencia y fidelidad a los principios generales del Movimiento?
Franco lo dejó todo atado y bien atado. El franquismo sigue vivo, aunque ahora tenemos una versión de derechas y otra de izquierdas.
Y el pueblo extasiado, susurrando por lo bajo: “Qué bonitos ojos tienes debajo de esas dos cejas...”.
« volver