EL SUBMARINO AMARILLO

Focus: Política
Fecha: 30/10/2000

Con el fin de la "guerra fría", a finales de los ochenta, pareció que entrábamos en una época de distensión en la que la amenaza nuclear iría disipándose.

La Unión Soviética había desaparecido y los teléfonos rojos entre Washington y Moscú quedarían en el imaginario de la filmografía crítica norteamericana.

Pero no tardamos en darnos cuenta de nuestro error, pues el club de países con capacidad de destrucción nuclear se amplió hasta límites poco conocidos.

En el gran supermercado del capitalismo salvaje que se impuso en la nueva Rusia, se podía comprar de todo, incluso cabezas nucleares, siempre que se pagase en dólares.

En lugar de dos contendientes que se respetaban porque se temían, se produjo la metástasis del poder, en este caso de un poder difícilmente controlable.

En ocasiones sucedían episodios poco claros, en especial con submarinos rusos. Se argumentaba que los activos estaban obsoletos, los programas de mantenimiento no se cumplían y los responsables militares tenían dificultades para cobrar sus salarios.

Pero ahora ha ocurrido algo extraño con un submarino nuclear británico, teóricamente sometido a las más estrictas reglas de seguridad. Este submarino está anclado en Gibraltar y no se sabe, o no se quiere decir, que problemas está produciendo.

Le gente está preocupada, porque no hay nada peor que tener miedo a lo desconocido.

Los señores Blair y Aznar han hecho una rueda de prensa muy divertida, en la que se ha hablado de inmersión, de las artes de navegar y de lo bien que se lo pasaban cantando canciones de los Beatles.

Ante la amenaza nuclear no hay mejor respuesta que el "submarino amarillo".
Alf Duran Corner

 

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