EL ULTIMO RECURSO

Focus: Política
Fecha: 03/03/2003

Si no funcionan las presiones “urbi et orbe” sobre los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al gobierno norteamericano siempre le queda el último recurso para justificar la invasión de Irak: fabricar un incidente contra sus propios intereses.

Lo han hecho muchas veces y les ha salido bien.

En 1845 y al grito de “recordad El Alamo”, el ejército de Estados Unidos declaró la guerra a México y se apropió de buena parte de su territorio. La historia de la resistencia hasta la muerte de un grupo de “patriotas” yanquis ante el ejército regular mexicano, que Hollywood se ha cuidado de aderezar, resultó ser una mentira.

En 1898 sus “servicios de inteligencia” dinamitaron el crucero “Maine”, lo que supuso la muerte de trescientos marinos estadounidenses, y le cargaron las culpas al gobierno de España. Tras declarar la guerra, se apropiaron de Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

En 1964, el destructor USS Madox es atacado por dos veces por unas patrulleras de Vietnam del Norte en el golfo de Tonkin. El presidente Johnson decidió intervenir directamente en la guerra como represalia. La investigación posterior demostró que no había existido un segundo ataque y que el origen del primero era desconocido.

Hay muchos episodios oscuros, mucho juego sucio, mucha maldad.

Sólo hace falta provocar un contencioso. Luego los medios jugarán su papel. En 1898 el magnate de la prensa William R.Hearst ordenaba a su corresponsal en La Habana: “Usted envíeme las imágenes que yo le enviaré la guerra”. Ahora tenemos la CNN, la FOX y el “Washington Post” para cumplir este cometido.

Maurice Joly publicó en 1864 un imaginario “Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu”. En él, el agudo florentino aconsejaba al autor de “El espíritu de las leyes”: “...puesto que el periodismo es una fuerza tan poderosa ¿sabéis que hará mi gobierno?, se hará periodista; será la encarnación del periodismo... Contaré el número de periódicos que representen lo que vos llamáis la oposición: si hay diez por la oposición, yo tendré veinte a favor del gobierno; si veinte, cuarenta; si ellos cuarenta, yo ochenta...”.

No creo que las ambiciones culturales de Bush Junior, Blair y Aznar incluyan una lectura de Joly, pero se comportan como si fueran sus devotos seguidores.
Alf Duran Corner

 

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