EPIGENÉTICA

Focus: Sociedad
Fecha: 22/01/2010

En 1942, Conrad Waddington acuñó el término epigenética, para describir una rama de la biología que estudia las relaciones entre los genes y los memes; es decir, entre la naturaleza (codificada a través del DNA) y la cultura o entorno en el que el sujeto se desarrolla.

Darwin nos enseñó que los cambios en la evolución se producen a través de millones de años de selección natural y que el DNA permanece inalterable. También explicó que este proceso es frío e imparcial y no admite réplica.

Medio siglo antes, Lamarck había argumentado que la evolución podía ocurrir en una o dos generaciones y que los cambios en el entorno podían producir cambios en determinados rasgos. Su ejemplo predilecto era el de las jirafas, cuyo largo cuello podía explicarse porque sus inmediatos ancestros habían estirado su cuello para alcanzar hojas de los árboles más nutritivas.

Las teorías de Lamarck fueron desechadas, ante la contundencia de los descubrimientos de Darwin. Pero ahora, por investigaciones recientes, han vuelto a recuperar cierta aceptación.

Estudios realizados a lo largo de muchos años en poblaciones aisladas del norte de Europa, ponen de manifiesto la influencia del entorno y del comportamiento personal sobre el DNA, no sólo del sujeto sino sobre el de sus descendientes. Esto es tanto como decir que los genes de nuestros nietos pueden quedar afectados por nuestras circunstancias personales. No cambia el código genético, pero si su actividad.

Si fumamos o comemos en exceso, el código genético que podamos transferir a nuestros biznietos (que todavía están por nacer) llevará incorporado alguna variante, como resultado de esa conducta.

En definitiva, que las circunstancias personales inciden en las generaciones futuras por transferencia hereditaria.

La esperanza es que los avances de la ciencia permitan en su día eliminar estas marcas epigenéticas, silenciando las negativas y potenciando las positivas.

Alf Duran Corner

 

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