ERCROS: UN FINAL ANUNCIADO
Focus: Empresa
Fecha: 22/03/2013
La creación de ERCROS ya suscitó polémica en su día, por el perfil de sus principales actores. El motor inicial del proyecto fue Javier de la Rosa (considerado en su día un “empresario ejemplar” por el president Pujol). De la Rosa, que era el responsable del grupo Torras-Kio en España, se hizo con el control de Unión Explosivos Río Tinto y la fusionó que Cros, que ya tenía en su cartera. En la nueva sociedad encontramos también a José Piqué, que, sin ninguna experiencia empresarial, había pasado de PNN en la facultad de Económicas de la Universidad de Barcelona a un alto cargo político con el conseller de Industria Maciá Alavedra, y de ahí a Director de Estrategia Corporativa de Ercros. Existe el rumor, nunca desmentido, de que este último puesto fue una ocurrencia de un reputado consultor, al ser preguntado por de la Rosa sobre donde “colocar” a este “prometedor joven”. En julio del 92, y ya como consejero delegado, Piqué presentó “suspensión de pagos” (con una deuda de 215.000 millones de pesetas) y lo hizo a través del letrado Pedro Ferreras. Piqué siguió en el puesto, en calidad de presidente, hasta 1996, en que José María Aznar lo nombró ministro de Industria en el primer gobierno del PP, ministerio al que se incorporó Pedro Ferreras como presidente de la SEPI. En Ercros le sustituyó Pedro Zabalza, como presidente y consejero delegado, que había ocupado importantes cargos públicos en los gobiernos de Felipe González entre 1984 y 2005, entre los que destacaban la secretaría de Estado de Hacienda y la dirección del gabinete de la Presidencia del Gobierno. Los vínculos entre el poder público y el poder privado han sido una constante en la historia de ERCROS.
Una buena prueba de estos vínculos es que desde que se produjo la suspensión de pagos, los sucesivos gobiernos del PSOE subvencionaron a ERCROS con importes próximos a los 28.000 millones de pesetas y que el ejecutivo del PP, en sintonía con lo anterior, condonó un crédito de 8.500 millones de pesetas, concedido por el ICO (1998). Para no ser menos, el Institut Català de Finances de la Generalitat le prestó en el 2009 15 millones de euros.
ERCROS no sólo ha sido mal gestionada (por mucho “Plan de Mejora de Eficiencia” que presenten), no sólo no ha sabido utilizar debidamente los recursos económicos que la sociedad en su conjunto (a través de los gobiernos “amigos”) ha puesto a su disposición (recursos que proceden de los impuestos de los ciudadanos), sino que además es la causante del mayor impacto medioambiental producido en el Estado en los últimos cincuenta años. Se calcula que el Ebro, a su paso por Flix, tiene depositados en su lecho 700.000 metros cúbicos de residuos contaminantes, que van desde los radionucleidos a los metales pesados y a los compuestos organoclorados. En su momento, el señor Zabalza manifestó que lo mejor era no remover los residuos (esta gente acostumbra a ocultar sus vergüenzas bajo la alfombra), alegando que podrían ser peligrosos para la población. Luego la comisión de seguimiento dictaminó lo contrario y se propuso un plan para extraerlos, cuyo coste (165 millones de euros) contaría con la ayuda de la Unión Europea en un 70% del total. Todo esto sucedió en el 2006 y hasta hace unos días no se ha iniciado el lento proceso de extracción, en parte por desidia de la propia Administración Pública. Una prueba evidente de que la empresa no asume responsabilidades es que su dotación económica para cubrir este pasivo es insignificante.
Entretanto, ERCROS ha presentado un ERO para despedir a 156 personas (el 75% de la plantilla) y además ha llevado a Madrid la mesa de negociación (aunque la empresa está domiciliada en Barcelona), con el ánimo de jugar en campo propio. No es de extrañar, conocida la posición españolista del señor Zabalza y su crítica mal fundamentada de la viabilidad económica de una Catalunya independiente. En esto también coincide con su colega José Piqué.
Luego darán conferencias sobre “responsabilidad social corporativa”. Menudo cinismo.
