ERES LO QUE LEES

Focus: Sociedad
Fecha: 28/06/2018

En el año 2007, Leah Price, profesora de literatura inglesa de la universidad de Harvard, publicó un artículo en el “New York Times”, con el provocativo título You Are What You Read”. El artículo tuvo una gran acogida y despertó fuerte polémica, tanto en el ámbito académico como entre los lectores de “la vieja señora de gris”.

Price recogía un informe del National Endowment for the Arts (fundación cultural), en el que, refiriéndose a los hábitos del lector norteamericano, identificaba la lectura como un gran predictor del comportamiento y la personalidad del sujeto.

Price recordaba que durante siglos el hábito de la lectura fue juzgado severamente, al considerarlo pernicioso para las “buenas costumbres” e incluso para la salud. Y más cerca, a mediados del XIX, se interpretaba que en la obra maestra de Flaubert (“Madame Bovary”), era evidente que uno de los impulsores que habían llevado a Emma al adulterio era la lectura.

Claro que como decía Francis Bacon (1605) “algunos libros deben ser probados, otros tragados, y unos pocos masticados y digeridos”.

Ahora, en pleno siglo XXI, la recomendación de Bacon resulta de plena actualidad. Muy pocos libros superan la primera fase. Paradójicamente cada vez se publican más libros, aunque el número de lectores de verdad haya disminuido. Con los libros pasa como con la cerveza Budweiser en Estados Unidos: unos pocos bebedores heavy users explican el ochenta por ciento del consumo. Pareto tenía razón en su ley del veinte / ochenta.

Sea o no sea un predictor, vamos a aceptar que es una dimensión  –y a mi juicio importante–  del perfil psicosociológico del ciudadano lector. Respecto a los que no leen, ni nunca han leído, ni tienen intención de hacerlo (un colectivo abundante en el Estado Español), mejor dejarlo para otra ocasión en la que profundicemos en las leyes de Carlo Cipolla, en especial en la primera, que dice: “Todo el mundo subestima el número de individuos estúpidos que tiene alrededor”.

El pasado sábado 23 de junio y en la sección de cultura, el diario ARA publicaba, como hace semanalmente, la lista de libros más vendidos en catalán y en castellano, ficción y no ficción. Los datos proceden de la Cambra del Llibre de Catalunya, que es una fuente que tiene cierta credibilidad. Aunque domina la lectura de la ficción sobre la no-ficción (fenómeno global), me centraré en esta última categoría, porque es mucho más indicativa que la primera.

En catalán destacan: Dies que duraran anys del fotoperiodista Jordi Borràs. Narra visualmente los principales hechos vinculados al referéndum de la independencia. Las imágenes impactantes del “otoño más bestia de nuestras vidas”, describen el período que va desde la aprobación en el Parlament de la Ley de Transitoriedad Jurídica hasta el exilio y encarcelamiento de los líderes políticos catalanes. Luego viene Operació urnes, que describe la odisea clandestina (porque de esto se trata) que permitió, contra todo pronóstico y contra la persecución implacable del aparato del Estado Español, el referéndum del 1 de octubre. Fue el trabajo serio, disciplinado y opaco de muchos ciudadanos anónimos. El tercer lugar lo ocupa Estima’m quan menys ho mereixi... perquè és quan més ho necessito”, una guía práctica para padres y maestros de adolescentes de un reconocido psicólogo infantil. Luego tenemos Bon dia, són les vuit”, en el que un periodista narra en clave personal el desarrollo de un programa diario de radio en una emisora pública, las presiones del poder, la aportación de los entrevistados, los momentos dulces y los amargos, buscando el paralelo con los acontecimientos más relevantes de aquellos años. Por último, recién salido, tenemos el libro El quadern suís”, en el que el actual President de la Generalitat recoge sus reflexiones personales –que ponen de manifiesto una cultura envidiable, que contrasta con la pasión por el “Marca” de M punto Rajoy–  cuando hace ya doce años trabajaba en Suiza como ejecutivo de una multinacional y no podía imaginar su actual protagonismo político.

Pasemos ahora al castellano. El libro más leído es “Con un cassette y un boli Bic”, un compendio de textos muy breves, que la editorial califica de “prosa poética”. El autor, procedente de las redes sociales, es un ídolo que se mueve entre Instagram y Twitter. El libro, en cuanto a contenido, se parece mucho a los que previamente publicó el mismo autor: notas sobre la pasión, el desamor, la amistad, la tristeza, etc., en clave de telenovela venezolana. No me veo capaz de hacer un comentario sobre esta cosa, por lo que prefiero ceñirme al resumen que el crítico Javier Adrada, hizo de su obra anterior “Casi sin querer”: “Encarna a la perfección el apogeo epidémico de la cultura popular, por no decir vulgar y chabacana, que inunda plataformas como Instagram, Twitter o Tumblr, así como el contagio de su característico postureo”. A continuación tenemos “En el huracán catalán”, un curioso libro escrito por una periodista de “Le Monde” (con vínculos accionariales con “El País”) que se presenta “urbi et orbe” como “una mirada privilegiada al laberinto del procés”, aunque no seamos capaces de identificar cuál es el privilegio. Es un libro por encargo, con un manifiesto afán de argumentar contra la independencia de Catalunya, pero con escaso rigor en la presentación de pruebas para defender sus argumentos. El tercer libro es “La edad de la penumbra” de la historiadora Catherine Nixey, en la que se describe como el fanatismo religioso cristiano de los siglos IV y V liquidó buena parte de la cultura clásica. El cuarto es “España: historia de una frustración”, de un autor próximo a las tesis pseudo federalistas y colaborador habitual de “El País”, que además aboga por un gobierno de técnicos, que es la última coartada de la ambigüedad. Para situarnos sobre su fondo ideológico sólo cabe decir que según el autor “el intento más serio de crear una nación española fue la Inquisición”. Por último (last but not least) tenemos otra cosa (no me atrevo a calificarla de libro) con el título de “Piel de letra”, cuya autora, pareja de una celebrity de los medios, hace una recopilación de sus pensamientos, que ya antes había colgado en Instagram.

Eres lo que lees, decía Price. Pues ahí lo tienen. Seguro que ustedes podrán sacar sus propias conclusiones. Y si no, recuerden la advertencia de Francis Bacon.

Alf Duran Corner

 

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