ESTADOS UNIDOS Y SU DEUDA
Focus: Economía
Fecha: 23/09/2011
Superada ya la disputa en el Congreso sobre el techo de la Deuda Pública (14,3 billones de dólares / trillones americanos), cabe analizar cual es el origen de este exorbitante desequilibrio financiero. Al fin y al cabo, la deuda no es más que la acumulación de déficits públicos, provocados por la mala costumbre de tener más gastos que ingresos.
Históricamente el gobierno norteamericano ha jugado la carta del déficit público en 48 ejercicios de los últimos 60 años, aunque no siempre lo ha hecho con criterios de política económica (invertir para crecer y generar demanda). El mayor causante del dispendio es el peso de los gastos de Defensa en el presupuesto federal, que han ido creciendo para mantener la teórica hegemonía de Estados Unidos en el mundo (guerra de Corea, guerra de Vietnam, guerra del Golfo, invasión de Irak, invasión de Afganistán, “guerra fría”, etc.). Y este derroche de recursos de naturaleza improductiva ha acabado quebrando el sistema.
A nivel presupuestario, el año 2010 nacía con unos ingresos de 2,162 billones de dólares y unos gastos de 3,456, lo que suponía un déficit de 1,294 billones. Al final el déficit real ha sido de 1,650. Parece que ya nadie se acuerda que los últimos cuatro años del presidente Clinton se saldaron con superávits públicos. ¿Qué ha ocurrido? Simplemente tres cosas, como bien sentenció recientemente Paul Krugman: las reducciones de impuestos aplicadas por el presidente Bush Junior, las guerras de Irak y Afganistán, y la crisis financiera que estalló en el año 2007 y que ha reducido los ingresos (menor actividad económica) y ha aumentado los gastos (desempleo, etc.).
Y para que las cuentas salgan, tanto en la economía doméstica como en la de un Estado, solamente hay dos caminos: aumentar los ingresos y/o reducir los gastos. El camino lo tienen fácil, sólo falta voluntad política y visión a largo plazo. Hay que acabar con los beneficios fiscales a las rentas, en especial a las rentas altas y muy altas, y con ello mejorarán notablemente los ingresos. Y hay que reducir drásticamente los gastos de defensa, que en la actualidad suponen la mitad de los gastos totales en defensa de todo el mundo.
Las reducciones fiscales del señor Bush Junior y el coste de las aventuras de Irak y Afganistán han supuesto aproximadamente una carga de tres billones de dólares (trillones americanos), que se han sumado a la Deuda Pública.
A pesar de todo esto y después de las trifulcas sobre el techo de la deuda y las anotaciones a la baja de Standard & Poor´s, el gobierno de Estados Unidos sólo tiene que destinar el 6% de su presupuesto para pagar los intereses de esa deuda.
Quizá por eso el dólar sigue siendo moneda refugio. Pero, ¿por cuánto tiempo si no se toman las medidas adecuadas?
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