ESTRATEGIA QUEBRADA

Focus: Política
Fecha: 09/02/2017

El grotesco espectáculo de teatro de guiñol que nos ofrece el Estado Español, en su propósito de humillar a los representantes del pueblo catalán, tiene una única lectura: atemorizar al personal.

Para ello se valen de unos jueces, cargos públicos a los que han accedido por oposición, que son funcionarios de pata negra y que apenas recuerdan, si es que alguna vez las supieron interpretar, cuáles eran las ideas centrales del barón de Montesquieu sobre la separación de poderes. Tienen memoria pero no criterio.

El Estado también cuenta, en este caso de forma directa, con los fiscales, que dependen del ministro de Justicia y siguen sus instrucciones al pie de la letra, un ministro que ha descrito el movimiento de solidaridad ciudadana con los acusados (señoras Ortega y Rigau, y señor Mas) como un “numerito”. Para el señor Albiol, el estrambótico representante oficial del PP en Catalunya, más que un “numerito” es una “romería”. Será que añora la del Rocío.

¡Qué nivel dios mío, qué nivel!

Y como teloneros tenemos a los secretas de la “operación Pika”, que invaden, unos días antes del evento, las casas de varios ciudadanos honrados en busca de “dinero en billetes y drogas”, armados con recortes de digitales madrileños, siguiendo las órdenes de un obsequioso fiscal muy respetuoso con la jerarquía, pero sin conocimiento previo del juez de instrucción correspondiente.

Para acompañamiento coral tienen a los monaguillos del PSOE (a los que les importa un bledo la justicia democrática y sólo quieren asegurar sus estipendios). Y esto ocurre en esa gestora fruto de un “golpe de Estado” que maneja los hilos de un partido decadente, y en su delegación de ventas en Catalunya, que preside el sempiterno señor Iceta, siempre tan sonriente, melifluo y servil.

Por último está la claque, el conjunto de los medios de información públicos y privados que se producen en Madrid (con algunas pequeñas excepciones no contaminadas del todo), que tienen la desvergüenza de adelantar la sentencia condenatoria y de dedicar toda una sarta de insultos a quienes estamos a favor de la independencia de nuestro país.

¡Qué nivel dios mío, qué nivel!

Y cuando algunos dicen que todo esto no es representativo, sólo hay que señalar que, con la excepción de los abertzales de Euzkadi, nadie en la España imperial se ha manifestado a favor de los encausados. Porque aquí, señoras y señores, se está juzgando el concepto de “democracia” y no la independencia de Catalunya. ¿O es que no hay demócratas, en ese país que no es el nuestro?

Vayamos ahora a la dimensión cuantitativa de este esperpento. ¿Cuánto está costando todo esto? ¿Quién paga los salarios de todos estos funcionarios, sus viajes, sus pesquisas, sus informes, sus fuentes, etc. etc.? Total, ¿para qué? La sentencia está servida.

Sus ancestros eran más eficientes. No tenían tiempo para tanta parafernalia. El “apunten, disparen, ya” era casi de coste cero. Pero ahora no se puede hacer. Es imposible fusilar (aunque sea virtualmente y por mucho que se desee) a dos millones de personas. Hay limitaciones técnicas y logísticas. Tampoco se los puede encarcelar. No caben.

Luego, tendrán que soportarnos. No les tenemos miedo.

En el lenguaje empresarial, que es el mío, a esto se le llama una “estrategia quebrada”.

Alf Duran Corner

 

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