ESTREMECIMIENTOS
Focus: Sociedad
Fecha: 11/12/2000
Este fin de semana ha sido el fin de semana de la Copa Davis.
Ni la cumbre de Niza, ni el conflicto de Oriente Medio, ni los vaivenes sobre los resultados definitivos de las elecciones norteamericanas, han quitado protagonismo a un evento deportivo.
Y el motivo fundamental era la proximidad emocional a un grupo de jóvenes dorados de nuestra misma nacionalidad, que han conseguido la "ensaladera" por primera vez.
Si quitamos la parafernalia inevitable que rodea a este tipo de acontecimientos y su componente nacionalista más rancio, nos queda el sentimiento de un triunfo compartido que ha producido "estremecimientos" a una gran parte de la población española.
Me quedo con esto último por lo que tiene de positivo.
Bradford Keeney recomienda iniciar el día tratando de atrapar tantos "estremecimientos energéticos" como nos sea posible. Define Keeney el estremecimiento como "cualquier sensación corporal vibratoria naturalmente estimulada por un momento de inspiración".
Y pone como bellos ejemplos "esa melodía que te emociona nada más escucharla", "las imprevisibles y encantadoras expresiones de la carita de un niño", "contemplar con otros ojos tu entorno natural y ver si es posible descubrir que el viento mueve una hoja con más gracia que cualquier otro movimiento que pudieses descubrir en una pista de baile", "abrir tu mano para atrapar una gota de lluvia", "acercarte a una panadería e intentar utilizar más tu olfato".
Cosas sencillas para espíritus sensibles.
Lo de la Davis es un simulacro, pero algo queda.
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