IL CAVALIERE

Focus: Política
Fecha: 30/04/2001

Italia es un viejo, bello y honorable país, pero es también un país desconcertante que mantiene una actitud desconfiada hacia el aparato del Estado, cualquiera que sea el color de su gobierno.

Es cierto que durante unos largos cincuenta años, la democracia cristiana dominó la escena política y tejió una tupida red de intereses y corrupciones, que la campaña "manos limpias" del apenas desbarató.

La caída del muro de Berlín significó también en Italia la recomposición de las fuerzas políticas, con una izquierda modernizada, a la que tuvo que cambiarse hasta el código, y una derecha fragmentada en la que convivían los conservadores de siempre, los regionalistas, los parafascistas y un singular personaje de inmensa fortuna, que se autodefinía como la quintaesencia del empresario arriesgado.

Ese personaje, Silvio Berlusconi, llegó a primer ministro en el y tiene una alta probabilidad de recuperar el puesto en las próximas elecciones generales de mayo.

Berlusconi tiene abiertos numerosos sumarios que abarcan todos los ámbitos del derecho: blanqueo de dinero, conexión con la Mafia, extorsión, evasión fiscal, complicidad en asesinato, cohecho, etc.

Berlusconi tiene intereses en numerosos sectores económicos, desde la banca y los seguros a la propiedad inmobiliaria, la publicidad e incluso el fútbol. Controla además un bloque importante de medios de comunicación, hasta el extremo de que si llega a encabezar el gobierno italiano podrá dirigir más del noventa por ciento de la fuerza mediática de aquel país.

Resulta tan impresentable que hasta la biblia del neoliberalismo (The Economist) ha lanzado un ataque muy fuerte contra él.

Las próximas elecciones italianas darán la medida de la catadura moral de sus electores.

Algo no funciona cuando a ese señor le llaman "Il Cavaliere".
Alf Duran Corner

 

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