INCONGRUENCIAS
Focus: Sociedad
Fecha: 01/02/2013
Los 2600 participantes en el World Economic Forum de Davos han celebrado, como cada año, su glamurosa reunión y, al igual que siempre, se han despachado con algunos discursos retóricos sobre la conveniencia de la paz mundial. Hemos de concluir que Davos no sirve absolutamente para nada que no sean los negocios privados de la fauna allí reunida.
En otras épocas menos convulsas, las jornadas pasaban desapercibidas y nadie les prestaba mayor atención. Era una exhibición de poder y riqueza, a la que las élites económicas y sus asociados políticos nos tienen acostumbrados. Pero en plena crisis sistémica, repetir esta ceremonia, en continente y en contenido, es de un cinismo perverso.
Sólo hay que echar un vistazo al informe “Global Risks 2013”, que el propio World Economic Forum edita puntualmente, para apreciar la incongruencia entre el comportamiento de esas élites y los riesgos que los analistas pronostican. Los riesgos están agrupados en cinco familias: económicos, del entorno, geopolíticos, sociales y tecnológicos. Cada posible riesgo se analiza en función de su impacto y de su probabilidad de ocurrencia.
El de mayor impacto y de una probabilidad media-alta es el “fallo total del sistema financiero”. Impactos similares y de mayor probabilidad son la “crisis del suministro de agua” y los “desequilibrios fiscales crónicos”. También destacan en ambas variables la “volatilidad en los precios agrícolas y energéticos”, los “fallos en la adaptación al cambio climático”, el “gobierno global futuro”, la “escasez de alimentos”, los “desequilibrios crónicos en el mercado laboral” y, como primero en términos de probabilidad y el tercero en términos de impacto, la “desigualdad de rentas”.
Si tenemos en cuenta que el coste medio (sin extras) de cada participante en el evento fue de 40.000 $, se puede comprender que interpreten los riesgos como algo muy alejado de su entorno dorado.
Scott Fitzgerald lo dejó escrito hace setenta años y continúa estando vigente: “Es una generación nueva que se dedica más que la última a temer a la pobreza y a adorar el éxito”.
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