INSULTOLOGÍA
Focus: Política
Fecha: 24/05/2018
Podemos aceptar que un insulto es una expresión que el emisor usa con la intención de ofender, menospreciar o lastimar verbalmente al receptor. Una sociedad inculta es más proclive al insulto, ya que lo utiliza como único argumento frente a los de un tercero. No hay que confundir el insulto con un diagnóstico clínico de un sujeto afectado por alguna patología (idiota, imbécil, cretino son conceptos clínicos), aunque en este caso el retrato psicológico es de naturaleza privada.
Parece ser que algunos políticos y comunicadores españoles se han sentido ofendidos por ciertos mensajes cortos aparecidos hace ya mucho tiempo en las redes sociales, cuya autoría corresponde al President de la Generalitat QuimTorra. Han reaccionado, como es habitual, montando una gran bronca, como si este tema fuera el nuclear del programa político del President. Y, evidentemente, no lo es.
El equipo de https://noticiasdecatalunya.com ha hecho un trabajo interesante tomando unos cuantos tweets de Quim Torra, cuando éste era un periodista independiente y como tal con opinión propia. Torra utilizaba el sujeto “los españoles” y ellos lo han sustituido por “Estado Español”, lo que parece razonable, pues son “los españoles en su mayoría” los que votan al frente del Régimen (PP, PSOE y Ciudadanos), frente que cubre el amplio espectro del aparato del Estado.
Y entonces los tweets quedan así:
- “Vergüenza es una palabra que el Estado Español hace años que ha eliminado de su vocabulario”.
- “El Estado Español sólo sabe expoliar”.
- “Oír hablar a Albert Rivera de moralidad es como oír al Estado Español hablar de democracia”.
- “Evidentemente, vivimos ocupados por el Estado Español desde 1714”.
Yo no veo insultos por ninguna parte; son simples constataciones de hechos probados, que vienen repitiéndose a lo largo del tiempo, hechos cuya materialidad (en este caso sí) ha ofendido y ofende directamente a la mayoría de los ciudadanos catalanes.
Hechos como:
- El denigrante espectáculo del PP recogiendo firmas contra el Estatut.
- La politizada sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, humillando y ninguneando la voluntad popular, expresada a través de todos los organismos, incluidas las Cortes Generales del Estado Español.
- La institucionalización del “Déficit Fiscal” catalán con el Estado, que impide una gestión adecuada de los recursos propios, genera un falso Déficit Público en Catalunya y reduce las prestaciones sociales y económicas a las que tienen derecho los catalanes.
- El invento del FLA (Fondo de Liquidez Autonómica), fondo mediante el cual el Estado presta a la Generalitat parte del dinero que previamente ha retenido de nuestra aportación fiscal. Un sinsentido financiero que sólo se le podría haber ocurrido a Groucho Marx.
- La pobre asignación de los presupuestos que nos corresponden en infraestructuras públicas y, todavía peor, el incumplimiento de unos presupuestos ya limitados.
- Las calumnias y denuncias contra nuestros profesores de escuela pública, por el simple hecho de despertar la conciencia crítica de sus alumnos y hacerlo, además, a través del programa de inmersión lingüística.
- La actitud beligerante de jueces y fiscales contra cualquier persona o institución que ponga en cuestión el “orden establecido”, como sucede en las sociedades autoritarias.
- El encarcelamiento preventivo de líderes políticos y cívicos, mientras se instruyen unos sumarios con nula base argumental.
- La dura represión policial contra personas, de distinta edad y condición, cuya única voluntad era expresar su opinión en las urnas respecto al futuro de su país.
- Las manipulaciones groseras (en las formas y en los contenidos) para que las empresas con sede en Catalunya trasladaran esa sede a otro lugar del Estado.
Hechos que deberían avergonzar a sus autores (vergüenza), que suponen un drenaje sistemático de recursos (expolio), que tratan a los catalanes como nativos de una colonia (ocupación) y que ponen de manifiesto un desprecio por los valores fundamentales de un espacio convivencial (democracia y moralidad).
Hechos, simples hechos, que desgraciadamente son compartidos y apoyados por la mayoría de los españoles. Cualquier ciudadano que vote o haya votado en conciencia al PP, al PSOE o a Ciudadanos, quiere decir que asume su programa político y sus actuaciones. Y esto, hay que repetirlo para que quede claro, es una vergüenza y una inmoralidad.
Y por si no había suficiente con los hechos, nuestros amables vecinos han seguido practicando el insulto contra Catalunya y los catalanes, práctica que ellos consideran un estimulante deporte, heredado de padres a hijos desde muy antiguas generaciones, y que alcanza a todo el espectro social.
Veamos una selección de su repertorio, con un primer bloque histórico hasta el final de la dictadura franquista, a modo de entrenamiento:
- “Es bien notoria la obstinación y barbaridad de este pueblo criminal”. José Patiño. Ministro de Felipe V.
- “¿Por qué se ha de continuar la enseñanza del catecismo y oraciones en el vulgar catalán a los niños en la escuela?”. Jaime Villanueva. Cura.
- “Son los catalanes el ladrón de tres manos”. Francisco de Quevedo. Escritor.
- “Hay que bombardear Barcelona cada cincuenta años para mantenerla a raya”. General Espartero.
- “Desengañémonos: el catalanismo es absurdo y malsano”. Juan Valera. Escritor.
- “Obligar a usar el castellano en Cataluña es hacerles un favor paternal, como lo es obligar a un niño corto de vista a ponerse unas gafas”. Juan Escritor.
- “El catalanismo, aunque es una aberración puramente retórica, contra la cual está el buen sentido y el interés de todos los hombres que trabajan, debe ser perseguido sin descanso”. Marcelino Menéndez Pelayo. Erudito.
- “Si una mayoría de catalanes se empeñan en perturbar la ruta hispánica, habrá que plantearse la posibilidad de convertir esa tierra en colonia”. Ramiro Ledesma. Político.
- “Yo no he sido nunca lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco”. Manuel Azaña. Presidente de la República.
- “Transformaremos Madrid en un vergel, Bilbao en una gran fábrica y Barcelona en un inmenso solar”. Queipo de Llano. General.
- “¡Perros catalanes! No sois dignos del sol que os alumbra”. Antonio Aymat. Gobernador militar de Barcelona.
- “Todos los catalanes son una mierda”. Luis de Galinsonga. Periodista.
- “A estos catalanes hay que ahogarlos económicamente”. Florencio Sánchez. Político.
Con la tan alabada y manoseada Transición, pareció que se controlarían los esfínteres, pero se ha demostrado que son incapaces de hacerlo. Una sociedad civilizada es una sociedad tolerante que respeta la diferencia, y España no lo es. ¿Quieren más pruebas?:
- “Me gusta Cataluña, a pesar de los catalanes”. Santiago Bernabéu. Presidente del Madrid.
- “En Cataluña hay adoctrinamiento en las escuelas en plan nazi”. Javier Algarra. Intereconomía.
- “Cataluña pide y Extremadura paga”. José Antonio Monago. ExPresidente de Extremadura.
- “Los andaluces son bastante inteligentes como para no confiar en los catalanes”. José Rodríguez de la Borbolla. ExPresidente de la Junta de Andalucía.
- “Que Cataluña devuelva las 150.000 personas que nos fueron sustraídas, más sus hijos y sus nietos”. Guillermo Fernández Vara. Presidente de la Junta de Extremadura.
- “Aquí –en Madrid– el presidente de la Generalitat no pinta nada”. Julio Feo. Político.
- “Los catalanes sólo son importantes cuando escriben en castellano”. José Prat. Político.
- “El catalán sólo sería una limitación, un factor de “tibetización” de Cataluña. Es una muestra de provincianismo que puede llegar a ser aldeanismo”. Julián Marías. Académico.
- “Cataluña es una comunidad más rica que Extremadura, no porque le haya tocado la lotería, sinó porque ha estado robando políticamente al resto de las regiones durante el régimen anterior”. Juan Carlos Rodríguez Ibarra. ExPresidente de Extremadura.
- “Los nacionalistas catalanes son como la prostituta del chiste. Los hemos mal acostumbrado a que se lleven el dinero en lugar de discutir tarifas”. César Vidal. Periodista.
- “Pilatos, gobernador de Tarraco, se llevó su guardia pretoriana a Jerusalén. Saquen conclusiones de quién o quiénes mató o mataron a Cristo”. Juancho Armas Marcelo. Escritor.
- “Al catalán medio cuando le agitan la señera por delante se pone a salivar en plan perro de Pavlov”. Alejo Vidal-Quadras. ExVicepresidente del Parlamento Europeo.
- “El independentismo es de catetos”. Jaime González. Diario ABC.
- “No quiero que ni un puto céntimo vaya a aquella región, que a mí me cae muy mal. Me dan ganas de ir a Cataluña con la División Azul”. Miguel Serrano. Diario Marca.
- “El independentismo es para pobres. Gente que poco tiene que hacer en la vida”. Arcadi Espada. Periodista.
- “La inmersión lingüística en Cataluña es parafascista. Quiere influir en niños y gente de escasa educación en una pedagogía de odio a todo lo español”. Félix de Azúa. Escritor y académico.
- “La única diferencia entre la propaganda nacionalista de Cataluña y los nazis es que, de momento, aquí no matan”. Eduardo Inda. Periodista.
- “La mitad de las parroquias de Cataluña están vacías porque se ha intentado prohibir que se hagan misas en castellano”. Jordi Cañas. Partido Ciudadanos.
- “El derecho a decidir de los nacionalistas es, a la vez, un eufemismo y una estafa”. Javier Cercas. Escritor.
- “El problema de Cataluña se arregla con un general y en 24 horas, como en 1934”. Mikel Buesa. Catedrático.
- “El circo del separatismo y su público embobado es patético y paleto”. Alfonso Merlos. 13TV.
- “Catalanes de mierda. No se merecen nada”. Juan Carlos Gafo. Director Adjunto Marca España.
- “Cataluña es un país de enfermos”. Toni Bolaño. Periodista y exjefe de prensa de José Montilla.
- “Que les den la puñetera independencia a estos mierdas y nos dejen tranquilos, pero que se construya un muro de diez metros de altura para no verlos más”. Francisco Javier Pérez Trigueros. PP.
- “Nuestro dinero se lo están llevando los convergentes (catalanes), cuando hemos sido los andaluces los que hemos levantado Cataluña”. Celia Villalobos. ExMinistra.
- “La situación de Cataluña es más grave que la vasca porque los terroristas no han formado nunca parte del gobierno y, en cambio, los independentistas están dentro”. Josep Enric PP.
- “El catalán es un instrumento de separación para que los demás no los entiendan”. Gustavo Bueno. Filósofo.
- “Gran parte de la sociedad catalana se está fumando un gran porro secesionista con efectos alucinógenos”. Joaquim Coll. Historiador.
- “La identidad catalana no existe”. Miguel Porta Perales. Periodista.
- “El nacionalismo no es sólo el último reducto de los estúpidos, también lo es de los asesinos”. Enrique de Diego. Periodista.
- “Los votos de Convergència i Unió no valen una mierda”. Jesús Caldera. ExMinistro.
- “Se mire donde se mire, y no es menester extenderse más en lo que todo el mundo sabe, este Estatuto (catalán) es un proyecto criminal”. Agapito Maestre. Periodista.
- “Definitivamente, proponer la secesión es proponer el absurdo salvaje, pre-moderno, antidemocrático y xenófobo”. Gustavo Villapalos. Historiador.
- “¿Para qué asuntos importantes sirve saber catalán? Se aprende idiomas para tener más cultura, pero no en catalán”. María Antonia Trujillo. ExMinistra socialista.
- “La estelada es un símbolo ofensivo, ultrajante y vinculado a organizaciones terroristas, sangrientas, violentas e intolerantes”. María José García Cuevas. PP.
- “Luchar por independizarse es de subnormales”. Antonio Gala. Escritor.
- “Si no hubiera existido la lengua catalana, hubiéramos sido más felices”. Albert Boadella. Actor.
- “Lo que le falta a Mas es un fusilamiento”. Miguel Ángel Rodríguez. ExSecretario de Comunicación del gobierno.
- “Cuando oigo a los líderes secesionistas, me pregunto porque no llegan nunca trenes llenos de psiquiatras a Barcelona”. Ignacio Vidal-Folch. Periodista.
- “Nadie debería escandalizarse a estas alturas de que el cociente intelectual de los catalanes y las catalanas, al igual que ocurre con el de los negros y las negras en Estados Unidos en relación al de los blancos y las blancas, sea muy inferior al característico del resto de los habitantes de la Península Ibérica”. José García Domínguez. Libertad Digital.
- “La Generalitat de Cataluña está para hacer carreteras y poca cosa más”. Mariano Rajoy. Presidente del gobierno.
- “El separatismo es un virus mortal”. Nuria Amat. Escritora.
- “El independentismo es insolidaridad y egoísmo”. Pedro Sánchez. Secretario General del PSOE.
- “¿Dónde metemos a esos cerdos vascos y catalanes? Lanzarlos al mar, pero no sé si cabrán todos. Armando Robles. Periodista.
Resulta un tanto exhaustivo (y sólo es una pequeña muestra), pero ahí queda para el registro, un registro que yo recomiendo imprimir y guardar para situar a los distintos autores, sobre todo a aquellos que en ocasiones tratan de camuflarse. Hay que reconocer que son los reyes de “insultolandia”, patria común e indivisible de todos los oficiantes del insulto. El “¡A por ellos!” no es más que la culminación de una larga y abyecta trayectoria.
Me parece muy evidente que las moderadas expresiones de Quim Torra, en su condición de escritor, editor y periodista, (que tienen además una base argumental más que probada) pierden por goleada frente a esta selecta y amplia tribu de insultadores profesionales, que vomitan su odio. Y es que cuando te dedicas a algo de forma constante, acabas por dominar el oficio.
El President Quim Torra se ha excusado por si alguien se ha sentido ofendido. Comprendo su gesto, aunque no lo comparto. Yo no lo hubiera hecho. El sabio cardenal Mazarino tampoco. Esa jauría de falsos ofendidos que lo han tachado de “putita, talibán, supremacista, racista, xenófobo, nazi, etc.” sólo merecen el más absoluto desprecio.
El President ha declarado su intención de gobernar para todos los catalanes, lo cual me parece razonable, sin que ello signifique doblegarse ante las presiones de quiénes niegan nuestro derecho a alcanzar la independencia como república.
Y ya que hablamos de los catalanes, quiero recordar que en Catalunya conviven catalanes (que ya no se sienten españoles) y españoles, que nunca se han sentido catalanes.
Jordi Pujol dijo que “es catalán cualquiera que viva y trabaje en Catalunya, y quiera serlo”. Muchos de los que se autodeclaran “catalanes y españoles” hacen una lectura administrativa de su adscripción territorial. Se quedan con parte de la definición. Nunca “han querido serlo”. Para que nos entendamos, yo soy “administrativamente” español y nada más.
La continuidad de Catalunya, una vieja nación que rompe sus vínculos carolingios en el siglo X e inicia su trayectoria como país independiente, se ha basado siempre (como nos recordaba Jaume Vicens Vives) en su “voluntat d’ésser”, y esa voluntad es la que explica la dimensión política de nuestro proyecto actual.
Pretender ser español y catalán a la vez es un oxímoron, una “contradictio in terminis”, es como querer ser “una colonia independiente”. O sea, un disparate.
Y esto no es ningún insulto.
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