JUEGOS DE SALON
Focus: Política
Fecha: 18/11/2003
El periódico “La Vanguardia”, siempre orientado al poder, que ha actuado como la “hoja dominical” de Convergència i Unió durante el período pre y post electoral, celebraba el gran triunfo convergente y la gran derrota socialista. Lo cierto es que ni lo uno ni lo otro son verdad y el panorama de gobierno que se dibuja puede resultar muy complicado.
La primera consideración a efectuar es que Pascual Maragall abandonará probablemente el liderazgo de su partido. Como señala certeramente Ramoneda: “Pascual Maragall siempre ha sido mejor gobernante que candidato. Estoy convencido de que Cataluña ha perdido un presidente que habría dejado huella”. Se habrá dilapidado un capital político de gran fuste.
La segunda consideración es que la Generalitat ha volcado sus recursos a favor del candidato de Convergència i Unió, utilizando a su favor todo el aparato del Estado (publicidad institucional, pinchazos estratégicos de TV3, etc). Debería haber sido neutra. Esto es juego sucio.
La tercera es que los exabruptos del señor Aznar López y de sus fieles seguidores han enconado los ánimos nacionalistas periféricos, como también ha ocurrido en el País Vasco, escorando el voto en ese sentido.
La cuarta es que Esquerra Republicana ni es de izquierdas ni es republicana, en el sentido genuino del término. Lo que ocurre es que sus partidarios no se han enterado.
Con estas premisas cabe esperar un gobierno C & U + ERC, que algo puede mejorar respecto a una larga etapa de enchufismo, clientelismo, intereses cruzados, mediocridad y chulería.
Pero hay una condición del señor Carod Rovira que no debe olvidarse: no se aceptarán más pactos con el PP, ni en Catalunya ni en España.
En definitiva, que el señor Rajoy tendrá que espabilarse para alcanzar la mayoría absoluta en las próximas elecciones generales, pues en esa ocasión sus socios naturales (el PNV y C&U), no lo van a apoyar. El primero porque no quiere y el segundo porque no le van a dejar.
La señora Mato, portavoz del PP, estaba muy contenta porque no habían ganado los socialistas. A lo mejor se arrepiente y la próxima vez controla mejor sus esfínteres. Las alegrías del señor Antich, director de La Vanguardia, y del equipo informativo de TV3, con el siempre tan comedido señor Francino, pueden resultar aguadas.
Y es que la política no es un juego de salón, aunque en ocasiones lo parezca.
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