KIERKEGARD DE NUEVO

Focus: Política
Fecha: 14/02/2003

El viejo filósofo nos había avisado: la vida se vive mirando hacia delante, pero sólo se comprende mirando hacia atrás.

El señor Rumsfeld, secretario de defensa del gobierno del señor Bush Junior, nos tiene acostumbrados a sus declaraciones extemporáneas (intempestivas, inadecuadas, fuera de lugar). En una de ellas expuso su rechazo a la “vieja Europa” por su posición en el conflicto con Irak.

El señor Rumsfeld debería repasar sus apuntes de Historia, si es que alguna vez los hizo.

Estados Unidos nació, entre otras circunstancias, por el empeño de un militar fuera de serie que se llamaba George Washington y que desde su Virginia natal fue capaz de construir una nación luchando contra las potencias coloniales de la época: primero Francia y luego Inglaterra.

George Washington era nieto de John Washington, que emigró a mediados del siglo XVII desde el norte de Inglaterra a las praderas de Virginia. Nunca hubiera podido soñar que su nieto sería el héroe de la independencia americana y el primer presidente del núcleo originario de Estados Unidos.

Cuando George Washington, un brillante estratega, trataba de encontrar un hueco entre las tribus indias y los ejércitos europeos, en una guerra cruel y despiadada, en la vieja Europa ocurrían muchas cosas.

Por ejemplo, Diderot y D´Alembert habían coordinado un extraordinario esfuerzo intelectual para publicar la “Enciclopedia”, una síntesis de todo el saber de la época.

La “Divina Comedia” del florentino Dante Alighieri tenía cuatrocientos años de edad, como las tenían las obras de Petrarca y Boccaccio. El “Quijote” de Cervantes casi doscientos años y la huella inconmensurable de Shakespeare ciento cincuenta años.

Miguel Angel, Leonardo y Maquiavelo lo habían contado todo sobre el arte y la teoría política. Y al primero le había sobrado tiempo para pintar la Capilla Sixtina.

Hacía más de cien años que Galileo había redefinido el Universo y Spinoza la Etica. Mientras Washington guerreaba, Kant publicaba “La crítica de la razón pura” y Mozart nos deleitaba con “Don Giovanni”.

Los americanos del norte se pasaron muchos años desbravando reses antes de que pudieran producir algo sustancioso para el resto de la humanidad.

Hay que ir con cuidado con las palabras si no quieres salir salpicado. El problema con los “nuevos ricos” es que acostumbran a ser unos patanes.
Alf Duran Corner

 

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