LA CONSPIRACION
Focus: Política
Fecha: 22/09/2006
Podría ser el título de una película de la serie B o el nombre de un grupo musical de un barrio periférico, que sabe poco de música y mucho de charanga.
Pero no.
Es el mensaje que la chancra mediática española (la cadena radiofónica “Cope” y el periódico “El Mundo”) se dedican a ventear, día sí y día también, para que los ciudadanos sospechen sobre la autoría del atentado en los trenes de cercanías de Madrid.
Para esta pandilla de desalmados, el atentado fue una conspiración en toda regla, en la que intervinieron militantes socialistas, jueces, policías, fiscales y, como no, los activistas de Eta.
El propósito era evitar que en las elecciones generales que se iban a celebrar de forma inmediata, volviera a ganar el Partido Popular.
El problema no es que el señor Jiménez suelte barbaridades en la emisora de los obispos católicos (cuyo estudio en profundidad daría para una tesis doctoral sobre trastornos psicopatológicos), ni que el señor Ramírez perfeccione su megalomanía (esto no da ni para un seminario), sino que un partido que presume de democrático se haga eco de ello y trate de capitalizar esta basura.
El sumario del 11-M sigue su curso, a pesar de las zancadillas de todo tipo que esta banda de locos peligrosos se dedican a poner por todas partes.
No hace falta ser muy listo para concluir que ese atentado, como otros que se han ido sucediendo en los últimos tiempos, fue obra de un grupo independiente de radicales islámicos, a modo de respuesta a la intervención de las tropas españolas en la invasión de Irak.
Lo que ocurre es que el sumario y su desenlace puede resultar muy incómodo para quienes ostentaban cargos públicos en el gobierno del Estado en aquel momento. Es por eso que conviene que se eternice.
Y resultará incómodo porque para los servicios de inteligencia internacionales, ese atentado estaba cantado y así avisaron a quien correspondía. Avisaron, pero nadie les hizo caso.
La responsabilidad activa fue de quienes organizaron y ejecutaron el atentado. Pero la pasiva, fue de los señores Aznar, Acebes, Zaplana y su retahíla de fieles.
El señor Rajoy es un chichiribaila y no tiene arrestos para acabar con la herencia recibida.
No me cansaré de repetirlo: qué habremos hecho para que nos haya caído encima esta miserable derecha.
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