LA CONTRARREFORMA

Focus: Política
Fecha: 20/04/2007

Los vestigios del nacionalcatolicismo español, que se hacen realidad entre los improperios de la Cope, las manifestaciones ruidosas de la derecha ultramontana en la capital del Estado y la verbosidad incontrolada del secretario del PP señor Acebes, se han visto superados por las noticias inquietantes que nos llegan de Polonia.

Aunque parezca imposible, siempre hay más naftalina y más cutrez a la derecha.

En Polonia, un país de aproximadamente 300.000 kms. cuadrados y 39 millones de habitantes, gobiernan los hermanos Kaczinsky, que desde el 2005 se reparten la jefatura del gobierno y la del Estado. Este control familiar (propio de las monarquías absolutas ) no dice mucho a favor del sentido común de los ciudadanos polacos.

La confusión se agudiza si añadimos que el partido de los Kaczinsky (Ley y Justicia) gobierna coaligado con “La Liga de las Familias Polacas” y el grupo “Autodefensa” (que defiende los intereses agrarios). El resultado es una política de extrema derecha, populista, retrógrada, nacionalista y con ciertos mensajes parafascistas en los que se expresa una tímida añoranza del período anterior a la Segunda Guerra Mundial, en el que el racismo y el antisemitismo campaban a sus anchas y la colaboración con el III Reich hitleriano era bien vista.

Una de las últimas medidas de su parlamento (de un país que forma parte de la Unión Europea ) es la ley que obliga a muchos polacos a confesar si colaboraron o no con los gobiernos comunistas que dirigieron el país desde 1945 a 1989. Es una especie de catarsis purificadora a la que sólo falta añadirle los cilicios.

Cuando criticamos las teocracias de algunos países de tradición islámica, nos olvidamos de hacer autocrítica y analizar lo que ocurre en nuestra civilizada Europa.

No nos cansaremos de repetir que la religión, cualquier religión, corresponde al ámbito de lo privado y que el espacio público es un espacio laico.

El Concilio de Trento , que dio origen a la contrarreforma de la Iglesia Católica frente a la disidencia de Martin Lutero data de 1545.

Por favor, no vuelvan a repetir tal esperpento.
Alf Duran Corner

 

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