LA ECOTASA
Focus: Sociedad
Fecha: 28/09/2007
A nadie le gusta pagar impuestos, pero si le gusta que la Administración Pública cumpla con sus obligaciones. Y esto significa mover recursos que tienen su origen en las contribuciones de los ciudadanos.
Los
impuestos directos actúan sobre los ingresos o el patrimonio acumulado, los
indirectos sobre el consumo. Los primeros tienen un componente social, en tanto que los segundos van ligados a la propia actividad económica.
En este sentido la
ecotasa es indirecta. Si no utilizas recursos, si no produces residuos, si no alteras el ecosistema, no pagas.
La
ecotasa por excelencia es la que grava al turista por día pernoctado. Oscila entre 50 céntimos y 2 euros, lo que cuesta un café en una terraza del centro de la ciudad.
Los
neoliberales (que predican el impuesto cero) consideran que este enfoque fiscal es muy negativo para un sector clave en el PIB del país. Y esto, como todo, hay que destriparlo para comprenderlo.
El turismo mueve miles de millones de euros, crea muchos puestos de trabajo, pero tiene su debe. El turismo ensucia, genera aglomeraciones en el centro de las ciudades, molesta al vecindario y un largo etcétera de disfunciones.
El abundante turismo de “bajo coste, bajo precio” no produce más que estorbo. Si deja algún margen económico, éste se queda en manos del touroperador extranjero de turno.
La
ecotasa es un impuesto de carácter finalista que pretende remodelar las zonas turísticas, recuperar los espacios naturales y rehabilitar los bienes patrimoniales y culturales.
Y esto es parte de nuestro
activo . Un activo que se deteriora a marchas forzadas.
El que no pueda pagar la
ecotasa , mejor que se quede en su casa.
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