Focus: Sociedad
Fecha: 11/09/2022
De nuevo el 11 de septiembre ha vuelto a recuperar sus orígenes reivindicativos. La gente se ha echado a la calle para expresar una vez más su rechazo a un Estado que no sabe cómo doblegar el espíritu de un pueblo en lucha permanente. Ni el destierro, ni la cárcel, ni las amenazas, ni las incautaciones, ni las porras, ni la guerra sucia de todo el aparato represor han bastado para segar de raíz la voluntad emancipadora.
Siempre he afirmado, y lo repito de nuevo, que hace años superamos el punto de no retorno y que nunca, nunca más, las cosas serán como antes.
Ya sabemos que los medios españolistas no se harán eco de la manifestación independentista. Siempre la han minimizado, cuando no la han vestido de un evento folklórico para uso y consumo de la masa de turistas que nos visitan. En cuanto a los medios públicos catalanes, bajo la tutela directa de Esquerra Republicana, han tratado también de cumplir con lo justo, no fuera que peligraran sus poltronas.
Porque hay que dejar muy claro, desde esta plataforma independiente, que el comportamiento de la cúpula de ERC respecto a la manifestación ha sido vergonzoso, y me quedo corto. Sentirse ofendido porque la Asamblea haya criticado la gestión de un gobierno supuestamente independentista es creerse en posesión de la verdad. Hasta el momento el gobierno que preside el señor Aragonés, en representación del señor Junqueras, es una gestoría administrativa y poca cosa más. En su corto período de gobierno han cometido todo tipo de errores, en conllevancia con los partidos españolistas representantes del 155. Y continuarán cometiéndolos porque no tienen ni la voluntad ni el coraje de hacer otra cosa.
Los burócratas de la Policía Municipal de la señora Colau han dado la cifra de ciento cincuenta mil personas, como podrían haber dado cualquier otra. No tienen la más mínima idea de cómo dimensionar estos fenómenos. No están preparados. Como tampoco lo están los urbanistas de la “izquierda caviar” que están transformando la ciudad de Barcelona en un parque temático. La verdad es que había mucha gente, mucha, y esto duele a los que han intentado que la gente se quedara en su casa.
Los catalanes han dicho una vez más no, por encima de los partidos políticos que se autodefinen como independentistas. Estamos huérfanos de líderes valientes y capaces. Ha de darse un relevo generacional. Hay que buscar fórmulas imaginativas para hacer la vida incómoda al ejército de ocupación. Todo por la vía pacífica, pero con contundencia, disciplina y continuidad.
Y esto significa hacer de cada día, en la vida cotidiana y en el ámbito personal, un once de septiembre perpetuo.
Hasta que se cansen y se marchen.