LA MODERACIÓN

Focus: Sociedad
Fecha: 11/11/2011

Yo sostengo la teoría de que a la mayoría de la gente les traiciona el lenguaje. Será porque no conocen con suficiencia los códigos o porque no los usan con precisión. También es cierto que los contextos pueden justificar, en ocasiones, el uso de palabras que en otro ámbito estarían fuera de lugar.

Una de esas palabras/refugio es moderación. En origen es una palabra bastante neutra, que se cuela sin hacer ruido. La moderación la practica el moderado, algo así como el prudente, el sobrio, el que se aleja de cualquier exceso. Parece bonito, pero no siempre lo es.

En muchas ocasiones la moderación es una coartada, para no comprometerse con nada ni con nadie. La moderación es la grisura, es la supuesta centralidad, es la rutina institucionalizada, es el sexo reglado, es el aburrimiento de una vida ordenada y mediocre.

El gran pensador italiano Antonio Gramsci asoció moderación a indiferencia. En un trabajado texto nos decía: “Odio a los indiferentes. Creo, como Friedrich Hebbel, que “vivir significa tomar partido”. No pueden existir quienes sean solamente hombres, extraños a la ciudad. Quien realmente vive no puede no ser ciudadano, no tomar partido. La indiferencia es apatía, es parasitismo, es cobardía, no es vida. Por eso odio a los indiferentes”.

Además la moderación, en entornos turbulentos como el actual, es un error histórico. La moderación conduce al sometimiento, a la dependencia, a la auto-extinción. En la parcela hispánica, la moderación tiene todas las de perder entre voceros histriónicos como “telemadrid”, “la razón”, “el abc”, “el mundo”, “intereconomía”, “la gaceta de los negocios”, “radio popular” y un largo etcétera de detritus informativo. La moderación no sabe como sublimar las palabras de una juez que califica de “cabrones” a las personas a las que ha de juzgar o las de un político (que se auto-define como izquierdista) que recuerda la divertida práctica de bombardear Barcelona de tanto en tanto.

La prudencia – y no ese sucedáneo que llaman moderación – hay que usarla moderadamente, sólo cuando procede, con inteligencia y astucia, cuando la relación esfuerzo/riesgo lo aconseja.

Lo del lirio en la mano es una figura retórica. Como decía Mao Zedong, la revolución no es un cóctel, ni escribir un ensayo, ni pintar un cuadro.

Alf Duran Corner

 

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