LA PARADOJA CATALANA

Focus: Política
Fecha: 30/06/2003

A medida que el mundo se hace más complejo, más difícil de comprender e interpretar, se expanden las paradojas.

La paradoja es una figura retórica que trata de unir ideas aparentemente contradictorias. Es “el muero porque no muero” de santa Teresa.

En el campo de la salud y la alimentación se habla de la “paradoja francesa”, que nos sorprende al comprobar como una país de “quesos y patés” tiene una tasa de enfermedades cardiovasculares baja, gracias a la ingesta de vino tinto.

En Catalunya, como no podía ser menos, contamos también con una paradoja, en este caso de carácter político, que se presenta con unas siglas históricas: ERC.

ERC es la “Esquerra Republicana de Catalunya”, un partido político fundado en 1931 y que, junto al reconocimiento de la personalidad nacional de Catalunya, abogaba por la defensa de los derechos del hombre y del ciudadano, la socialización de la riqueza, la libertad sindical, el derecho a la huelga, la jornada de ocho horas, las vacaciones obligatorias y un conjunto de ambiciones que siempre han constituido el patrimonio común de la familia progresista.

Por eso es sorprendente cuando los actuales líderes de ERC defienden la equidistancia entre el bloque de izquierdas (PSC e Iniciativa) y la derecha nacionalista (C&Unió).

La cuestión fundamental estriba en debatir si se puede ser nacionalista y de izquierdas. El romanticismo del siglo XIX potenció las nacionalidades y ratificó su andadura histórica frente al internacionalismo proletario.

La idea del transversalismo (cruzar el espacio social de forma transversal, tomando los colectivos que más convengan) es una coartada para disimular el posicionamiento político.

Esquerra Republicana de Catalunya tiene que aclarar su definición. En este momento no es un partido de izquierdas (tiene dudas sobre si pactar o no con la derecha), no es republicano (en el sentido genuino del término que se expresa en la “libertad, igualdad y fraternidad” de la Revolución Francesa), y sólo representa a una pequeña parte del electorado catalán.

Esta es su paradoja.
Alf Duran Corner

 

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