LA QUINTA COLUMNA

Focus: Política
Fecha: 19/03/2010

Este es un concepto, tomado de la jerga militar, que identifica a los que desde el interior de un país, territorio u organización, colaboran con las fuerzas externas que pretenden someter por la fuerza a los ciudadanos de la zona asediada.

Siempre ha habido “quintacolumnistas” (en la Austria previa a la anexión, en la Francia de Vichy). Siempre hay gente dispuesta a la deslealtad, a la “colaboración”, a arrimarse al poder del más fuerte.

La guerra civil en España fue, además, la guerra contra Catalunya y contra lo que ésta significaba. Por eso los vencedores decidieron enviar a equipos de personas dispuestas a liquidar cualquier residuo de catalanidad.

De las sucesivas migraciones que desde 1940 llegaron a Catalunya, no todas llevaban el hambre y la miseria en sus maletas de cartón. Esas huían de la explotación y el señoritismo caciquil, y buscaban, por encima de todo, un trabajo y un proyecto de vida. Pero había otras (cuantitativamente muy inferiores) que venían de conquistadores, porque los habían “destinado” aquí.

Militares, policías, jueces, funcionarios estaban para vigilar el territorio. Contaban además con el apoyo de la burguesía autóctona, que se había hecho franquista por razones de clase.

Han pasado setenta años y los descendientes de todo este colectivo siguen aferrados a sus ideales españolistas y socavan cualquier esfuerzo de la sociedad civil por recuperar los derechos y libertades del pueblo catalán.

Votan al Partido Popular o a otros corpúsculos afines, como Ciudadanos o Unión Progreso y Democracia. No se puede contar con ellos para ningún proyecto colectivo.

Están aquí como podrían estar en la Rioja o en el Bierzo. Aunque hayan nacido en Catalunya, todavía están de paso.

Alf Duran Corner

 

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