LA REBELION DE LOS EMPRESARIOS
Focus: Política
Fecha: 14/11/2002
El fino analista Jesús Mota dedicó un documentado estudio al proceso de privatización que el gobierno del Partido Popular ha desarrollado en el período 1996 – 2000.
No se puede añadir más al “capitalismo de amiguetes”, en feliz expresión del nobel Stiglitz.
Bien es cierto que el país apenas se ha enterado, atento a los avatares de los festivales de casquería (Gran Hermano, Operación Triunfo, etc), que las televisiones públicas y parapúblicas, controladas por el PP, ofrecen a los desquiciados teleespectadores.
Además, cuando los tribunales exigen aclaraciones sobre el contenido y liderazgo de esas privatizaciones, vía trámite parlamentario, la mayoría gobernante, con el correspondiente apoyo de Convergència i Unió, bloquea la situación, acogiéndose a temas procedimentales.
Los señores Villalonga (Telefónica), Cortina (Repsol), Martín Villa (Endesa), Alierta (Tabacalera) no tendrán que dar explicaciones sobre su proceso de designación y sobre algunas de sus extrañas políticas de adquisiciones.
En toda este contencioso hay agentes activos y agentes pasivos. Entre los primeros destacamos al señor Aznar López y al señor Jordi Pujol, que juegan siempre a taparse sus vergüenzas. Entre los segundos, a los presidentes de los principales accionistas de esas empresas (La Caixa, el BSCH, el BBVA), que no cumplen con las mínimas exigencias de la ética empresarial y sólo les interesa la complacencia con el poder.
Pero a veces salta la liebre y estos días el señor Martín Varsavsky, ex presidente de Jazztel, empresario y filántropo, que a los cuarenta y dos años ha acumulado una fortuna impresionante, ha declarado a los medios de comunicación:
“...Telefónica apoya al PP con sus medios de comunicación y, a cambio, el PP le apoya con la regulación. Ésa es mi sincera opinión personal, la de Martín Varsavsky, y que conste que no estoy haciendo una denuncia legal. El Gobierno vino al poder y se encontró con que le faltaban medios a su favor, y, como el Gobierno tiene la
acción de oro , controla el destino de Telefónica. De hecho, cuando Villalonga se peleó con Aznar, éste le echó. Pero con Alierta las cosas para nosotros se pusieron mucho peor, porque tiene una relación estrechísima con la gente del Gobierno. Siempre dije que no se debía permitir a Telefónica tener medios, pero nadie me hizo caso”.
Hasta el señor Vicente Boluda, presidente del principal grupo naviero español, ha manifestado como ofertante al proceso privatizador de Trasmediterránea: “No hubo transparencia. Por qué las ofertas no se abrieron en público?”.
Cuando los empresarios se rebelan, los chicos de la calle Génova se ponen a temblar.
Y es que no se puede ir de moderno cuando los gestos y las palabras suenan a rancio. Simple cutrería.
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