LA SOCIALDEMOCRACIA
Focus: Política
Fecha: 15/09/2003
Han transcurrido más de setenta y cinco años desde que la izquierda europea se escindió y el grueso de las fuerzas constituyó la Internacional Comunista. En aquellos tiempos la Revolución Soviética era centro de atracción de los más brillantes líderes y el socialismo democrático quedó, en cierta medida, vacío de contenido.
Luego se recuperó y propició el “Estado del Bienestar”, que era un pacto no escrito entre la “derecha inteligente” (inglesa y alemana) y la “izquierda posibilista”. Bien es cierto que sin los temores del contagio soviético, la “derecha inteligente” no hubiera estado tan dispuesta a negociar.
La caída simbólica del muro de Berlín desencadenó la liquidación de la utopía del “socialismo real” y la derecha empezó a plantearse si era preciso mantener el pacto.
En la actualidad el neoliberalismo ha recuperado el concepto de “Estado mínimo” y ha vendido la idea de que el futuro pasa por la modernización tecnológica y que la dialéctica izquierda-derecha ha dejado de tener sentido.
Como dice Ignacio Ramonet “tratan de vendernos la moto” y nos tratan como gilipollas. No hacen falta muchos discursos para comprender que en la asignatura “solidaridad” la derecha puntúa bajo y la izquierda saca nota alta. La derecha está en la política para defender sus intereses (de lo mío, qué ?) y la izquierda para intentar que la sociedad mejore.
Pero sólo con buena voluntad no se llega a ninguna parte.
La “izquierda posibilista” (la socialdemocracia) ha de hacer una revisión crítica de su propuesta estratégica porque el entorno ha cambiado. Esto no significa modificar la esencia de sus valores, pero sí su “look” general.
De no ser así, y aceptando la alternancia de poder inevitable, acabará siendo, cuando gobierne, una buena administradora de los intereses de la derecha.
Y esto no ilusiona a nadie.
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