LAS ANDANZAS Y AVENTURAS DEL MINISTRO SEÑOR WERT
Focus: Política
Fecha: 05/12/2012
Este madrileño de 62 años se está ganando a pulso los honores de ser la estrella mediática del gobierno esperpéntico del señor Rajoy. No lo tiene fácil, porque algunos de sus colegas pretenden competir con hidalguía por este privilegio, pero él, que como casi todo el mundo en la villa y corte fue en su primera época funcionario del Estado y sabe lo que es hacer oposiciones, los desborda con su hiperactividad y su amplio repertorio de ocurrencias.
Entre las últimas está el proyecto de transformar la lengua propia de Catalunya en una “maría”, lo cual forma parte de su voluntad de “españolizar a los estudiantes catalanes”. Lo tiene crudo, porque lo que no consiguió el dictador Franco con su política de tierra quemada, no lo va a conseguir este personaje caricaturesco, que ejerce de petimetre sin saberlo, y reparte su tiempo de ocio entre los toros y las tertulias en plataformas de la derecha cavernícola.
Esta “joya de la corona” estudió en el colegio del Pilar (como José María Aznar o Alfredo Pérez Rubalcaba) y se licenció en Derecho con buenas notas en la Complutense, sin “complicarse la vida en algaradas callejeras contra el Régimen” (faltaría más). Otro curioso premio que obtuvo en esta época fue el que le concedió la “Junta Nacional de Homenaje a José Calvo Sotelo”, aunque se ignoran los méritos a tan alta distinción.
Entró en Televisión Española, donde prosperó rápidamente, gracias, entre otras cosas, a ser militante activo de la Unión de Centro Democrático (UCD). Al cabo de un tiempo, el Senado (controlado por su partido) lo eligió vocal del Consejo Asesor de RTVE. Pero cuando UCD empezó a desintegrarse, se pasó al Partido Demócrata Popular, una escisión con la etiqueta demócrata-cristiana que capitaneaba Oscar Alzaga y en el que habían personajes tan interesantes como Jaime Mayor Oreja, Javier Arenas, Luis de Grandes o Rodolfo Martín Villa. Integrados todos en Coalición Popular, el ocurrente Wert fue elegido concejal por el ayuntamiento de Madrid. De allí pasó a diputado cunero por la Coruña, por la misma coalición.
Luego hizo el salto al sector privado, donde consiguió rentabilizar sus buenos contactos. Y cuando el gobierno Aznar privatizó Argentaria y la fusionó con el BBV, el nuevo presidente del BBVA (Francisco González) lo fichó como adjunto a la Presidencia. De ahí pasó de nuevo a proyectos personales, que ha completado con su labor de tertuliano en distintos medios, entre los que destaca su participación en el principal programa de Intereconomía (El Gato al Agua), donde contó con una serie de colegas (José Manuel García Margallo, Miguel Arias Cañete y José Manuel Soria), todos ellos casualmente nombrados ministros por el primer gobierno del señor Rajoy.
El último eslabón de este zigzagueante currículo es su vínculo afectivo con la señora Edurne Uriarte, catedrática de Ciencia Política de la universidad Rey Juan Carlos, polemista con los círculos académicos abertzales de Euzkadi, columnista del ABC, comentarista de la COPE y colaboradora de Intereconomía. Es interesante también detallar que entre sus colaboradores en el ministerio se encuentran Fernando Benzo, vinculado a la Fundación Víctimas del Terrorismo e hijo de un Consejero Nacional del Movimiento, Miguel Cardenal, hijo del ex Fiscal General del Estado y que en calidad de presidente del Consejo Superior de Deportes dirigió personalmente el despido de Anna Tarrés (ex seleccionadora de la natación sincronizada), Xavier Gisbert, colaborador de FAES, Agapito Maestre, colaborador de Libertad Digital y de Es.Radio con Federico Jiménez Losantos, Ignacio Sánchez Cámara, columnista del ABC y colaborador de la COPE y de FAES y Emilio Lora-Tamayo, hijo de un ministro de Franco.
El comportamiento político del señor Wert como ministro es congruente con su trayectoria. No hay porqué extrañarse. Todo huele a esa rancia mezcla de franquismo y fascismo. Gente ruin y aceitosa. Basura.
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