LAS COSAS CLARAS
Focus: Política
Fecha: 19/02/2010
La política es un servicio público y como tal ha de ser contemplado. Cuando se transforma en una sinecura (empleo o cargo retribuido que ocasiona poco o ningún trabajo), se pervierte.
La perversión se formaliza haciendo de la política una profesión bien remunerada, en la que se invierten unos años, y luego se capitaliza en el terreno privado. Te fichan por tus contactos, no por tus capacidades. Sólo falta echar un vistazo a la ubicación actual de muchos expolíticos.
Luego está la versión cutre del sinvergüenza profesional, del trilero, del intermediario, del estafador, del corrupto.
No es que el mundo de la política se halle más viciado que el resto. Es que es más trasparente, vive de los recursos públicos y excita la mirada morbosa de unos medios de información dispuestos al abordaje.
Por eso se agradece que en ocasiones surja un político de verdad, que diga lo que piensa y siente, sin importarle el impacto que sus gestos y palabras puedan tener sobre su trayectoria.
Esta vez ha sido Ernest Maragall (buen pedigrí), que ha dicho un par de cosas claras: que el Tripartito tiene fecha de caducidad y que el PSC ha de honrar su condición de partido con estatutos propios y actuar de forma independiente en el parlamento español.
Que luego se haya retractado no tiene ningún valor. Lo dicho, dicho está.
A partir de estas manifestaciones, las interpretaciones van por libre. El nacionalismo español está encantado de la vida porque apuesta por una Catalunya controlada por Convergència i Unió, que una vez más defiende la “gobernabilidad” y el “encaje con España”. Estas ansias de un pacto de Estado expresan, por enésima vez, la ambivalencia de una coalición cuyo único objetivo es recuperar el poder.
Esquerra Republicana no dice nada porque se halla descentrada y empieza a barruntar un futuro debacle. Iniciativa baja de la bicicleta y trina contra la “derecha” ante el riesgo de quedar como un partido marginal. Y el PSC reacciona de forma velada, dejando que las extemporaneidades las suelten sus ministros españolistas en Madrid. Para eso están el señor Corbacho y la señora Chacón.
Pero nadie dice lo que subyace en esas declaraciones. El deseo de soltar amarras e ir por libre. A algunos socialistas catalanes les falta el coraje necesario para declararse independentistas y acabar con tanta mediocridad.
Las próximas elecciones catalanas van a ser muy interesantes.
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