LAS MALDITAS ESTADISTICAS

Focus: Sociedad
Fecha: 18/07/2003

La Caixa acaba de publicar el “Anuario Económico” de España correspondiente al año 2.003. Hay montones de datos sobre los que trabajar, para comprender mejor la realidad.

Merece la pena destacar los datos correspondientes a las dos grandes áreas urbanas de este país (Madrid y Barcelona), que tienen perfiles muy diferentes, fruto de historias con escasas coincidencias.

Barcelona es una ciudad antigua, de más de dos mil años. Madrid es una ciudad relativamente nueva, que no cobró cierto protagonismo hasta finales del siglo XVI.

En Barcelona hay muchas Barcelonas. Orográficamente es una ciudad cerrada (entre la montaña y el mar), una ciudad que ha visto crecer a su alrededor otras ciudades más pequeñas, que han copiado su modelo urbano. Sociológicamente es una ciudad en la que el peso de lo civil ha sido siempre factor clave de su desarrollo. Sólo cabe recordar que en 1265 se constituyó el “Consell de Cent”, probablemente uno de los órganos civiles más antiguos de Europa, señal anticipatoria de un talante democrático.

Hasta que en 1561 Felipe II hace de Madrid la capital del reino, la ciudad tiene escasa consistencia frente a ciudades próximas, como Toledo o Valladolid. El despegue se produce en los dos siglos siguientes. El territorio es amplio y todo cobra una dimensión inusitada. Madrid es el “Far West” (en el sentido metafórico del término) y tiene un gran poder de atracción. Barcelona, por contraste, es una ciudad orgullosa de su pasado y un poco displicente con los demás. Es la Boston de Nueva Inglaterra.

No es de extrañar pues que Madrid tenga una superficie de 606 kilómetros cuadrados frente a los 98 de Barcelona. Esta última es mucho más densa poblacionalmente, pues el multiplicador de seis en superficie queda reducido a dos en población. Vistas desde un satélite las conurbaciones soy muy parecidas.

El cinturón de Barcelona, con sensación de continuidad física con la capital, está formado por poblaciones pequeñas y muy pobladas. La de mayor extensión sería el Prat (con 32 kms. y 63.000 habitantes), junto a pequeños núcleos urbanos como Santa Coloma y Cornellá, de apenas 7 kms. cada una y con 115.000 y 81.000 habitantes respectivamente.

En el caso de Madrid se reproduce el concepto central. En la Comunidad de Madrid, además de la capital, hay diez poblaciones con superficies superiores a los 100 kilómetros (frente a los escasos 98 de Barcelona). Aranjuez, con 201 kms. y 40.000 habitantes es la primera del ranking (que puede compararse con los 45.000 habitantes de Esplugas, al lado de Barcelona, ubicados en una superficie de 5 kilómetros cuadrados).

Cuando uno revisa estos datos empieza a comprender la lógica de la trama inmobiliaria de la Comunidad de Madrid. Corruptos y corruptores los hay en todas partes, pero cuando la corrupción se mide en metros cuadrados, lo que cuenta es la superficie.
Alf Duran Corner

 

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