LAS MIL Y UNA NOCHES
Focus: Economía
Fecha: 11/12/2009
Cuando los optimistas mal informados hacían pronósticos sobre el despertar de los “brotes verdes” y otras figuras poéticas de similar calado, la empresa privada más importante del emirato de Dubai (Dubai World) ha pedido una moratoria de seis meses en el pago de su deuda. En palabras llanas, ha incumplido sus obligaciones financieras.
Los inversores internacionales, que compraron bonos bien remunerados en la confianza de que el gobierno del emirato les garantizaría el pago, han puesto sus carteras en estado de alerta.
La cuestión es que la crisis económica que empezó a mediados del 2007 va a continuar produciendo sobresaltos. El mensaje de que a partir de cierta dimensión (de un banco, de una empresa, de una nación) los poderes fácticos no permitirán que se repita “el caso Lehman Brothers”, se vende bien pero no es creíble.
Los “poderes fácticos” – y en especial los gobiernos occidentales – se han endeudado de forma inimaginable para rescatar a sus bancos y, al mismo tiempo, han aplicado políticas de estímulo fiscal para animar la demanda. En definitiva, han pedido dinero ajeno y se han comprometido a devolverlo, que es tanto como decir que cada nuevo ciudadano que nace en la “burbuja occidental” nace con una abultada deuda incorporada.
Y éste ha sido también el problema de Dubai World, grupo que ha crecido de forma desmesurada, en especial en el sector inmobiliario, y lo ha hecho apalancándose financieramente al estilo años dorados (2000 / 2007) y esto no hay quien lo soporte.
Un país cuya economía depende en un 23% del binomio construcción/inmobiliarias es un país en zona de riesgo (como lo es España) y la alocada pretensión de emular a Manhattan y hacerlo en cuatro días, es más propio de un cuento oriental que de otra cosa.
Crear islas artificiales para los “ricos y famosos” y situar pistas de tenis en las terrazas de los edificios es un notable signo de mal gusto.
Dubai es una muestra más de la crisis por la que atravesamos, una crisis de la que el capitalismo puede salir malparado.
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