LE PETIT PAYS QUI EST LE MIEN
Focus: Sociedad
Fecha: 14/01/2002
Emulando a Jacques Brel y su reflexión circular sobre Bélgica, podríamos hablar de Catalunya, un pequeño país que es el mío.
En este juego de fuerzas centrípetas y centrífugas que nos ha tocado vivir, con una moneda única y un corsé de política económica compartido, deslizarnos por la pendiente del localismo es un ejercicio arriesgado.
Ni dios, ni patria, ni bandera, proclamaban los ácratas más puros. En esto, como en tantas otras cosas, fueron precursores del scenario actual, conformado por una sociedad presuntamente laica, insertada en un megaestado, cuya mayoría de ciudadanos difícilmente serían capaces de identificar sus símbolos integradores.
Uno, que es fiel a una actitud zen ante la vida, contempla su país con afecto, pero sin apasionamiento.
Es por ello que rechazamos la instrumentación política que una orquestación de medios públicos y privados (TV3 y la Vanguardia, en este caso) hacen del hecho informativo. Y en este caso, no hay pasión, sino manipulación grosera.
Que la Federación de partidos Convergencia i Unió proclamen, por enésima vez, al Sr. Mas como candidato a President de la Generalitat, no es una noticia. Y menos, la noticia de cabecera del telediario de mayor audiencia y el titular de portada del periódico de mayor tirada de nuestro pequeño país.
Confundir es un error. Menospreciar, es un insulto.
Porque este pequeño país es también el nuestro.
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