LECCIONES DE DEMOCRACIA
Focus: Política
Fecha: 05/01/2004
Hemos aprendido a golpes, a contracorriente, a hurtadillas, con escasa luz y abundancia de carencias. Por eso hemos aprendido mal. Y se nota.
Un buen ejemplo lo tenemos en las elecciones catalanas. Las ganó el PSC por el voto popular, pero una ley electoral sesgada (un voto de un ciudadano de Gavá, por ejemplo, vale mucho menos que uno de Vic), dio más escaños a C & U, aunque no los suficientes para gobernar.
Luego hubo negociaciones entre las distintas opciones políticas, y una mayoría de izquierdas salió vencedora. El Parlament ratificaba el sentimiento expresado en las urnas.
Pero los vencidos (segundo partido más votado) no parecen dispuestos a aceptar su pase a la oposición. No están acostumbrados a ello.
Y en el primer debate parlamentario se han puesto a prejuzgar la labor de un gobierno que todavía no se ha estrenado.
Algunos se han quejado por los malos modos, por la falta de elegancia, por una arrogancia no justificada.
Yo prefiero dejar las clases de urbanidad a un lado y ceñirme a los hechos.
Y para eso me valgo de una metáfora que conozco bien: la empresa.
Los electores son la Junta General de Accionistas, los parlamentarios el Consejo de Administración, el equipo directivo el Gobierno.
La empresa funciona bien, aunque parece muy endeudada y su proyecto a largo plazo no está claro. Y en estas condiciones, los accionistas (los electores) producen un vuelco en la Junta General.
Cambia el Consejo de Administración y cambia el equipo directivo. Todo normal. Todo legítimo.
Los salientes tienen la obligación de trasladar el mando a los entrantes, con claridad y trasparencia en los activos y pasivos. Los accionistas han de ser respetados. Las auditorías han de estar encima de la mesa y cualquier explicación que se pida ha de ser dada con prontitud y detalle.
Pero el día del cambio de tercio, los más significados representantes del equipo directivo no se presentan y se limitan a dejar algunas carpetas que explican el estado de la situación.
No sólo eso, sino que acuden a la convocatoria del nuevo Consejo de Administración y se ponen a cuestionar el proyecto de futuro del nuevo equipo.
El espectáculo que están dando los representantes del C & U en el Parlament de Catalunya es impresentable. Espero y deseo que los accionistas les sancionen adecuadamente en la próxima consulta electoral.
Por el bien del país y por el refuerzo de la cultura democrática.
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