LENGUAJE POLITICAMENTE CORRECTO
Focus: Sociedad
Fecha: 21/06/2004
Qué es primero: el lenguaje o el pensamiento?. El pensamiento determina el lenguaje o es el lenguaje el que configura el pensamiento?.
Empezaremos por analizar el lenguaje en sí mismo. Los científicos sociales no se ponen de acuerdo en si el lenguaje es innato o adquirido. Para los defensores de la primera opción, el lenguaje tiene una base biológica y la experiencia cognitiva es un simple estímulo complementario.
Tanto los gestaltistas como el psicólogo Arnold Gesell, que estudió en profundidad cada una de las etapas del desarrollo del niño, defienden esta postura y para ello se apoyan en los trabajos de Jackson sobre la complejidad cerebral que determina el habla.
Para el lingüista Noam Chomsky, el idioma está programado genéticamente y funciona de manera automática. Chomsky nos habla de una “caja negra” innata, que funciona como un dispositivo para la adquisición del lenguaje. Se podría entonces hablar de una gramática universal, a la que se adaptan cada una de las lenguas particulares.
Los defensores del lenguaje como fenómeno adquirido no aceptan esa supuesta “gramática universal” e interpretan que todo consiste en un proceso Estímulo-Respuesta. Para Skinner, el aprendizaje del lenguaje se produce por mecanismos de condicionamiento. Los niños aprenden imitando, y luego asocian palabras a situaciones u objetos.
Una posición intermedia sería la de Bruner, que aun aceptando la existencia de la “caja negra”, considera que el entorno y su papel son claves. Para Bruner, el niño descubre que el lenguaje le ayuda a solucionar problemas.
Piaget estaría más cerca del constructivismo. Es decir, el niño construye su conocimiento y por tanto su lenguaje. El cerebro no es un simple lugar donde se almacenan las informaciones, sino un ente que las conforma y estructura y de esta manera crea conocimiento y lenguaje.
El lenguaje, a medida que se enriquece, enfatiza su carácter polisémico. Lo propio ocurre con los actos ligados al lenguaje, que tienen tantas lecturas como valor simbólico (cultural) haya definido el pensamiento subyacente.
Un conocido ejemplo es la expresión “dar un beso”, que puede significar:
· una muestra de afecto y simpatía.
· ritual de saludo (vacío de contenido).
· norma de cortesía.
· manifestación erótica.
· signo de paz.
· bendición.
· sumisión.
· ternura.
· compasión.
· respeto.
Este relativismo es el que defienden los interrelacionistas, que pretenden hacer un compendio de las diversas teorías existentes sobre el lenguaje.
Pero hablar de “lenguaje y pensamiento” obliga a referirse a las investigaciones de Edward Sapir y Benjamin Whorf, que han marcado una época en el estudio de esta relación y que parten de la premisa de que los humanos construyen la realidad utilizando el pensamiento y expresan estos pensamientos a través del lenguaje.
La llamada “hipótesis Sapir-Whorf tiene dos partes : la relatividad lingüística y el determinismo lingüístico. La relatividad lingüística asume que la cultura es conformada por el lenguaje. El determinismo lingüístico es el proceso por el cual las funciones de la mente son determinadas por el lenguaje que uno habla. Es decir, los pensamientos que construimos están basados en el lenguaje que hablamos y en las palabras que usamos.
Sapir-Whorf consideran que los seres humanos somos capaces de pensar únicamente sobre objetos, procesos y condiciones a los que podemos asociar un lenguaje (determinismo). En su estudio de distintas lenguas (francés, alemán, chino, etc.) y su pensamiento subyacente, demuestran que la cultura está ampliamente determinada por el lenguaje (relativismo). Diferentes culturas perciben el mundo de forma diferente. Los objetos, procesos y condiciones culturalmente esenciales son definidos por un conjunto de palabras, mientras que aquellas cosas que las culturas perciben como poco importantes son habitualmente definidas por una o dos palabras.
Cuando Whorf estudia la tribu india Hopi, queda s
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