LOS TREPADORES DE LA PIRÁMIDE

Focus: Política
Fecha: 28/10/2011

Vance Packard, uno de los grandes sociólogos críticos norteamericanos del siglo XX, publicó en los años 50 un interesante trabajo de investigación sobre el perfil de una tipología de ciudadanos, del género masculino de forma abrumadora, que desarrollaban un conjunto de estrategias para ir escalando posiciones en la pirámide del poder. Puso un código a lo que ya muchos analistas habían identificado, pero no estudiado. Les llamó “los trepadores de la pirámide”.

En todas las sociedades existen especímenes que tratan de ajustarse a ese modelo, con mejor o peor suerte. Pero hay algunos que bordan el papel y hacen de éste una pequeña obra de arte. Tal es el caso del señor José Piqué, un tipo inteligente y ambicioso que ha puesto todas sus capacidades al servicio de su continúa ascensión.

Licenciado en Ciencias Económicas y en Derecho, tutelado por su profesor Joan Hortalà, pasó de una posición académica auxiliar a formar parte de un servicio de estudios en calidad de junior. Y, por azares de la vida, Convergència & Unió ganó unas elecciones pero no tuvo mayoría, y necesitó y obtuvo el apoyo de Esquerra. En el reparto de cargos, el señor Hortalà fue nombrado Conseller d’Economia, y echó mano de sus antiguos estudiantes para construir un organigrama a toda prisa. Y el señor José Piqué hizo un salto formidable y fue nombrado Director General de Industria en el Govern de la Generalitat. Se tenía que ser muy atrevido para aceptar ese reto, con su nula experiencia tanto industrial como empresarial. No sería la primera vez.

Estuvo tres años en la Generalitat, lo que le permitió conocer a mucha gente y hacer amistades. Esto compensaba las limitaciones de una función burocrática de rango medio-alto e ingresos del mismo cariz. Pero era un peldaño de su escalera particular. Y a finales del 88 practicó un nuevo paso, esta vez mayúsculo, y se incorporó a Ercros, como director general de Estrategia Corporativa y miembro de su consejo de administración. En el fondo, su experiencia en fuego real en el mundo de la empresa era mínima. Pero esto no fue relevante.

En Ercros aprendió muchas cosas y, entre otras, a presentar la suspensión de pagos de la empresa, ahora ya como presidente. Esto le creó ciertos problemas con la justicia, de los que salió sin cargos. Llevaba ya tiempo en la junta del Cercle d’Economia. Había que moverse; un toque de cosmética siempre va bien. Se presentó a Presidente y ganó las elecciones, ante la apatía general de los miembros (1995). Una vez más, demostraba su habilidad, pues ese puesto le proporcionó “notoriedad”. Volvía a estar en el mercado.

En el 96, el presidente del gobierno central (señor José María Aznar) le ofreció la cartera de Industria, que aceptó encantado. Un peldaño más. Luego fue portavoz del gobierno y más tarde ministro de Asuntos Exteriores. En el ínterin, ya se había hecho militante del Partido Popular. Interpretamos que este movimiento formaba parte de su “career planning”. Existiera o no convencimiento, en su caso los principios ideológicos eran marginales, como lo habían sido siempre.

También pasó por Ciencia y Tecnología y, al final, trató de reconstruir la delegación del Partido Popular en Catalunya. Y esto duró hasta el 2007. Probablemente su final político no fue el deseado en su trabajada carrera. Pero había sembrado durante mucho tiempo y ahora podía recoger. Entró de nuevo en el sector privado y acabó como presidente de una compañía aérea y consejero de varias más.

Aunque esto no era suficiente y su sexto sentido le avisó de nuevas oportunidades. Se volvió a presentar para el cargo de presidente del Cercle, que ganó sin oposición. Ya estaba otra vez en pantalla. Maniobró con rapidez y hace apenas unos días presentó un informe (que firma el Cercle, emite la junta, pero de seguro revisó él) en el que se hablaba de la “crisis” y de las medidas para atajarla, pero en el que no se hacía la menor mención sobre el “déficit fiscal catalán”. Este informe sorprendió a todo el mundo, en especial a los centenares de socios del Cercle, hasta el extremo de que la patronal catalana (Foment del Treball) aparecía ahora como la más reivindicativa en este grave asunto, frente a la pasividad del histórico y combativo Cercle d´Economia.

Pero el señor José Piqué sabe lo que hace. Ahora toca de nuevo ser españolista, pues todos los sondeos dan al Partido Popular un gran triunfo en las próximas elecciones generales. Y el candidato señor Rajoy tiene que saber que él está disponible. Podría ser su último peldaño.

La pregunta es: ¿Y todo esto para qué?.

Alf Duran Corner

 

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