MARXISTAS O MARXIANOS

Focus: Sociedad
Fecha: 22/04/2002

La muerte de Billy Wilder, la inevitable revisión de su obra, el recuerdo de su maestría como director y guionista y sobre todo el sentimiento de habernos divertido en su compañía, nos ha traído, a un primer plano de la memoria, a un actor singular que destacó por su humor corrosivo, por su agudeza e ingenio, por su disparatada e incisiva mirada sobre la vida.

Julius Henry Marx (conocido como Groucho Marx) murió hace veinticinco años, pero estará siempre con nosotros.

Nacido y criado en el Upper East Side de New York, de familia judía emigrada de Alemania, Groucho paseaba su ligero estrabismo y su afición a los libros, sin destacar especialmente en aquella alborotada pandilla de cinco hermanos.

Pero la tradición familiar por la farándula acabó imponiendo su ley y así nacieron los “Hermanos Marx”, que eran cuatro y no cinco, pues Gunmo nunca demostró interés por el espectáculo.

Groucho se constituyó de forma natural en el eje del grupo. Sus monólogos eran desternillantes y su capacidad de improvisación letal. Pero al propio tiempo era un hombre trabajador y disciplinado, que preparaba muy bien sus actuaciones.

Pasaron del teatro al cine y de allí a la gloria.

La obra de Groucho conectaba con el surrealismo: “ Señora... me gusta todo de usted.... menos usted”, con la experiencia del absurdo: “Consultaré a mi abogado y, si acepta el caso, contrataré a otro”, con las esencias de la vida: “La política no hace extraños compañeros de cama. Los hace el matrimonio”. No debe sorprender que interesara a gente tan diversa como T.S.Eliot, Dorothy Parker y Russell Baker.

Nuestra generación aprendió a construir el método con Marx (don Carlos) y a cuestionarlo con su homónimo (Groucho). Nos considerábamos marxistas pero también marxianos.

El genial Woody Allen dijo de él: “Hay una grandeza natural e innata en Groucho, que desafía cualquier análisis, como sucede con todo verdadero artista. Groucho es sencillamente único, del mismo modo que son únicos Picasso y Stravinsky. Creo que su desvergonzado desprecio por el orden establecido y su falta absoluta de sentimentalismo harán reír dentro de mil años como lo hicieron entonces. Y por si eso fuera poco, consigue hacerme reír”.
Alf Duran Corner

 

« volver