MENTIRAS ARRIESGADAS

Focus: Política
Fecha: 31/01/2019

Hay muchos tipos de mentiras, pero todas coinciden en lo mismo: no son verdad. Hay mentiras piadosas (se dice que bien intencionadas), mentiras compulsivas (que se producen de forma automática), mentiras instrumentales (con propósitos definidos), mentiras hacia uno mismo (que expresan debilidad), mentiras de ciclo corto (que no dejan huella), etc. Hay también mentiras arriesgadas.

El Estado español, como sujeto político, lleva mucho tiempo creando las condiciones objetivas para que sus agentes más activos disparen (en el sentido metafórico del término) un tropel de “mentiras arriesgadas”, mentiras que se acumulan y conforman un perfil de Estado “rogue”, un Estado canalla y mentiroso, al margen de la ley natural, que se impone de forma autoritaria.

No pasa ni un día sin que esa banda de hiperactivos verbales suelte sus bravatas. Nadie en su sano juicio debería estar dispuesto a creer tantas falsas verdades.

 

 

No se puede ir por la vida mintiendo descaradamente sin tener en cuenta que, a la corta o a la larga, uno acaba recogiendo la mala hierba que ha sembrado. Esa cosecha tóxica ha constituido el alimento informativo básico para una gran parte de la población española que, no adiestrada en el análisis crítico, se ha adentrado inconscientemente en el embrutecido universo de la corrupción moral.

Hace casi tres años que escribí aquí mismo mis reflexiones personales (que se pueden leer en “lectura recomendada”) sobre por qué no me gustaba España. Ratifico mi posición, pero cambio el título. Se han ganado el derecho a que exprese mi pensamiento con acritud.

Alf Duran Corner

 

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