MI PRIMO DE ZUMOSOL

Focus: Política
Fecha: 15/06/2001

El Sr. Aznar, a quien se le nota su pasado de funcionario de Hacienda, no tiene política exterior. De ahí sus patinazos constantes con las potencias europeas, Marruecos, Cuba y otros países latinoamericanos.

El Sr. Aznar gusta de la risa fácil, la broma gruesa, el comentario entre petulante y ridículo. Parece más bien el contertulio de una partida de dominó en un pueblo perdido de la Mancha que el Presidente de un Gobierno en un país de suficientes mínimos.

Ahora le ha tocado hacer de anfitrión del cowboy texano, en su "primer viaje" (increíble, pero cierto) a la vieja Europa.

El líder mundial de las sentencias de muerte ha sido acogido campechanamente por el Sr. Aznar, con el que habrá debatido sobre intereses mutuos, armas de fuego y alguna otra zarandaja.

Al Sr. Aznar le parece muy bien el "escudo antimisiles", aunque probablemente ni él ni su colega sepan de qué están hablando. Al Sr. Aznar le preocupa el sida y está a favor de luchar para erradicarlo, como todos estamos a favor de comer turrón por Navidad.

El espectáculo del Sr. Aznar, del Sr. Piqué y de todo el séquito palaciego ante la mirada atónita del cowboy, ha sido deplorable.

Pero cuando el Sr. Aznar tenga problemas con el Sr. Jospin o con el Sr. Schröder, siempre podrá acudir a la contundencia de su primo de Zumosol.

Impresentable.
Alf Duran Corner

 

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