MIOPIA POLITICA

Focus: Política
Fecha: 09/12/2002

Convergència i Unió es una agrupación de intereses que lleva más de veinte años gobernando la autonomía catalana. Veinte años de poder es mucho tiempo en una democracia joven y ello ha producido un enquistamiento de la política, con los consabidos flecos de clientelismo, privilegios, negocios paralelos y un sinfín de corruptelas que nada tienen que envidiar a las de otras latitudes en similares circunstancias.

Que no hayan aflorado no es más que la confirmación del talante conciliador de la sociedad catalana, que prefiere lavar la ropa sucia en casa.

Convergència es un partido relativamente joven, con una vena socialdemócrata en sus orígenes que se ha ido diluyendo, en tanto que Unió es una etiqueta política de carácter confesional con pedigrí histórico, que ha sabido maximizar la rentabilidad de sus escasos recursos.

Son partidos conservadores, ubicados a la derecha del espectro.

En el ámbito del Estado, Convergència i Unió ha pactado con el partido mayoritario, según le ha convenido, argumentando que lo hacía en defensa de los intereses de Catalunya, aunque probablemente sería más correcto decir en defensa de su particular visión de la nación.

En el territorio específico catalán, ha pactado con grupos nacionalistas o con la derecha estatal, para poder enfrentarse a su marca competidora: el PSC.

Este afán pactista le ha llevado a grandes contradicciones, construyendo a lo largo de las legislaturas un modelo de travestismo político.

Su precaria situación en la cámara catalana (donde cree que necesita el voto del PP) le ha llevado a rendir vasallaje al partido popular en el parlamento de Madrid, donde el PP, para mayor humillación, no lo necesita.

Por eso ha votado a favor del juez prevaricador Gómez de Liaño, del plan hidrológico, de las privatizaciones espúreas del gobierno central y, por último, de la buena gestión del señor Aznar López en el tema del “Prestige”. Por muy de derechas que se sea, hay que tener estómago para cometer, en conciencia, tantas estupideces.

Porque si el razonamiento es tener contento al PP para evitar el adelanto de las elecciones autonómicas, el razonamiento es muy débil. No sólo a C&U sino al propio PP les conviene completar el ciclo, pues ambos saben que unas elecciones ahora probablemente las perderían. Tal razonamiento sería, pues, un caso extremo de miopía política.

La otra hipótesis es que su voto sea un voto sentido, con lo que su posicionamiento como opción de centro moderado se iría por los suelos.

En último término, un partido político está perfectamente legitimado para defender un proyecto de derechas, sin avergonzarse por ello. No hay que confundir a los electores. Al pan, pan y al vino, vino.
Alf Duran Corner

 

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