NEGOCIOS DE FAMILIA

Focus: Economía
Fecha: 23/11/2007

Enrico Mattei, que fue el gran dinamizador del sector energético en Italia, dijo en una ocasión que el mundo del petróleo estaba controlado por “las siete hermanas”.

Las siete hermanas tenían en común que eran anglosajonas, que manejaban los campos petrolíferos del Medio Oriente y que habían salido en posición ganadora después de la 2ª Guerra Mundial.

Además, eran compañías privadas que cotizaban en bolsa.

Casi medio siglo después, el panorama ha cambiado. Y no sólo de códigos.

De las siete “viejas hermanas” sólo quedan Exxon (que integra a las antiguas Standard Oil), Royal Dutch Shell y Chevron (cuyo origen es la fusión de Gulf y Texaco).

Son poderosas (sobre todo Exxon, que es la primera empresa mundial en capitalización bursátil), pero entre las tres sólo generan el 10% de la producción y sus reservas se limitan a un 3%.

Han sido desplazadas, en el escenario mundial, por otras “siete nuevas hermanas”, más jóvenes, más frescas y más dispuestas a comerse el pastel del mercado.

Este grupo de empresas tienen en común que están controladas por sus estados (aunque haya intereses privados entre su accionariado), sus reservas conjuntas superan el 35% y ponen en el mercado un 33% del crudo extraído.

La primera y más importante es Aramco (Arabia Saudita), seguida de Gazprom (Rusia), CNPC (China), NIOC (Irán), Petróleos de Venezuela, Petrobras (Brasil) y Petronas (Malasia).

Los intereses económicos de los países occidentales tienen que negociar con estos operadores, si quieren obtener algún provecho de sus inversiones.

Es un cambio de paradigma que hay que tener muy en cuenta de cara al futuro.

Quizás ahora pueda comprenderse que en tanto el dólar pierda peso en relación a otras monedas, el precio del barril continuará subiendo. Y esto es así porque el petróleo se cotiza en dólares.

Tan sencillo como una tabla de multiplicar.
Alf Duran Corner

 

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