OUR SONS OF BITCH

Focus: Política
Fecha: 08/09/2006

Con una mezcla de cinismo y desvergüenza, un político norteamericano contestó de esta forma a un periodista que preguntaba por qué razón los sucesivos gobiernos de Estados Unidos conjugaban sus retóricas defensas del sistema democrático con el más absoluto apoyo a dictadores violentos y corruptos.

Es verdad, dijo tranquilamente, “son unos hijos de puta, pero son nuestros hijos de puta”.

Este pragmatismo canalla les ha llevado a apoyar, a lo largo de los últimos años, a siniestros personajes como Pinochet en Chile (para derrocar a Allende), Sadam Hussein en Irak (para liquidar el proyecto Jomeini), Musharraf en Pakistán (para compensar la neutralidad india) y a un conjunto de tiranos de menor impacto mediático.

Entre estos tiranos destaca un africano que habla castellano y gobierna con mano dura Guinea Ecuatorial, que fue colonia española durante cerca de doscientos años : Teodoro Obiang.

Teodoro Obiang se hizo con el poder en 1.979, tras derrocar a su tío “Papá Macías”, cruel dictador que al obtener la independencia de España (1.968) se dedicó a ejecutar a una buena parte de la población (un diez por ciento de su medio millón de habitantes).

Guinea Ecuatorial hubiera pasado desapercibida y sería un cortijo más en manos de una pandilla de desalmados, pero tuvieron la suerte de James Dean en “Gigante” : las compañías petroleras norteamericanas encontraron grandes reservas de “oro negro”.

Con un territorio de 28.000 kilómetros cuadrados, la producción de petróleo es de 420.000 barriles diarios, el PIB crece a una tasa del 18,6 % y su superávit presupuestario es de record. Su renta per capita (valor promedio) es la más alta de África. Al propio tiempo, la tasa de desempleo es del 30%.

Grandes multinacionales como Chevron, Exxon, Marathon, Schlumberger o Bouygues se ocupan de la explotación de la energía. Los asesores del presidente Bush están encantados y hablan de Guinea Ecuatorial como el “Kuwait africano”. El lobby African Oil Policy Initiative Group considera que la región es de vital interés para Estados Unidos y recomienda establecer allí una base militar.

Poco les importa que la organización Transparency International considere a Guinea Ecuatorial como uno de los siete países más corruptos del mundo. Una comisión del senado norteamericano identificó en el 2.004 unas cuentas de la familia Obiang en el banco Riggs por un importe de 700 millones de dólares. Pero Riggs pagó una multa de 25 millones y el tema se archivó.

En Malabo, la capital, no hay periódicos ni librerías. Sólo miseria y rutilantes “zonas privadas”. Armas, prepotencia, asesores israelíes. La basura de siempre.

Mientras siga la doctrina de “our sons of bitch”, la gente honrada los odiará. ¿Cómo pueden pretender otra cosa?.
Alf Duran Corner

 

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