PAPANATAS

Focus: Sociedad
Fecha: 08/06/2007

La sociedad actual está plagada de “papanatas”, que el diccionario define como personas simples, ingenuas, fáciles de engañar.

Los “opinadores profesionales” han sustituido a los sabios y cumplen sobradamente el papel de hacer creer a los demás como cierto, algo que no lo es.

La confusión empezó con las artes plásticas a partir de Marcel Duchamp, que presentó un urinario como la expresión genuina de una fuente. La burguesía lo aplaudió, porque la acumulación de dinero perturba la mente y hace que la gente todavía sea más imbécil de lo habitual.

Picasso, Braque, Mondrian, Kandinsky habían llegado al límite. A partir de aquí todo fue repetición. Para llamar la atención y proclamarse un revolucionario, se tenían que romper esquemas.

Algo similar pasó con la novela, con la poesía, con el teatro. En ocasiones surge algún artista sobresaliente, pero es una excepción.

Bertold Brecht escribía teatro de verdad y no tenía que inventarse ninguna sandez para interesar a los espectadores.

Hace unos días circuló por Barcelona una obrita de teatro de un señor denominado Rodrigo García que se titula “Accidens”. Hubiera pasado desapercibida si no fuera porque un actor, tras “auscultar” a un bogavante, lo cuece y se lo come en escena.

Lo menos relevante es que la Generalitat haya prohibido la obra, en base a la ley de protección de los animales.

Lo importante es que la obra en cuestión rezuma estupidez por todos sus poros y que no tiene nada que contar. Lo llamativo es que el locuaz director de “La Vanguardia”, señor Antich, le dedicara una editorial en defensa de la libertad de expresión.

No es suficiente con citar a Derrida y a Chomsky (a quienes la mayoría ignora) para ocultar las vergüenzas. Es función del crítico ser muy severo con aquello que pretende presentarse como una obra de arte y no lo es.

Hay que volver a los clásicos y dejarse estar, aunque sea por un instante, de tanta gilipollez.
Alf Duran Corner

 

« volver