PARADOJAS

Focus: Sociedad
Fecha: 29/12/2006

Hay que dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Esta es la teoría, pero en la práctica se juega al disparate, al disparate colectivo.

Quizás será conveniente recordar a los desmemoriados ciertos datos objetivos.

Desde la caída simbólica del “muro de Berlín”, el sistema hegemónico es el capitalista. No sólo esto. El modelo capitalista dominante, con un apoyo mediático total, es el anglosajón, que prima al individuo sobre la colectividad.

Se hace lo imposible para que el Estado pierda peso y se dedique preferentemente al orden, la defensa y la seguridad.

Se defiende la idea de que el mercado es el mejor valedor de cualquier conflicto político, económico y social.

Los conceptos “libre empresa”, “competitividad”, “flexibilidad” forman parte del vocabulario de cualquiera que presuma de moderno.

Pero cuando hay problemas, problemas serios, acudimos a “papá Estado” para que nos los resuelva. Y esto es una falacia. O moros o cristianos.

Air Madrid era una compañía aérea con un largo expediente de sanciones. Sus billetes transoceánicos eran más baratos, pero todo el mundo debería saber que lo barato sale caro. Han estafado a mucha gente, pero el Estado no tiene ninguna responsabilidad en este contencioso.

Lo mismo sucedió con Forum Filatélico y Afinsa, y su supuestamente lucrativo negocio de sellos. Los inversores (pequeños la mayoría) que depositaban su dinero en esos activos sabían o deberían saber que corrían un riesgo. Los intereses que les pagaban eran muy superiores a los del mercado. Y esto es un ejemplo más del “timo de la estampita”, en el que la responsabilidad es compartida por timador y timado.

Ahora se pide que el Estado asuma el compromiso de solucionar estos dislates. Y el Estado, señoras y señores, somos todos. Sus ingresos proceden de los impuestos. No parece pues muy justo que con nuestro dinero se cubran los déficits del sistema.

Esto es capitalismo puro y duro. Y el que no esté de acuerdo que apueste por otras alternativas.

Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
Alf Duran Corner

 

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