PARAFASCISMOS

Focus: Sociedad
Fecha: 29/11/2002

Llamemos a las cosas por su nombre y no nos engañemos.

Cómo podríamos tipificar a un país en el que se manifiestan este tipo de comportamientos:

· Cada semana un hombre mata a una mujer (“porque era suya”). Y no ocurre nada.
· Cada fin de semana, un buen puñado de “aficionados” al fútbol desatan en los campos toda la contenida violencia que llevan dentro y se comportan como auténticos bárbaros.
· De forma aleatoria pero continua, millares de animales domésticos son abandonados porque han dejado de interesar a sus caprichosos dueños.
· Con regulada periodicidad, unos mamíferos pretendidamente superiores se dedican a la caza alevosa y cobarde de otros mamíferos pretendidamente inferiores. Y lo hacen festivamente.
· Los lobbies interesados proyectan cambios hidrológicos a favor de una agricultura intensiva, a la que le importa un bledo la sostenibilidad, e incluso se vanagloria de sus contaminadas e insulsas producciones agrícolas.
· Se fomenta la cultura del yo y la libertad, en detrimento de los otros y la solidaridad.
· Se actúa mal y tarde frente a las catástrofes naturales y, en especial, sobre aquellas producidas por el hombre, sin que exista un plan preventivo rigurosamente estudiado.
· En los parlamentos, algunos diputados recuerdan más a un jabalí (en feliz expresión de Ortega) que a un representante del pueblo.
· Se potencian los símbolos que mayor daño han causado a la humanidad a lo largo del tiempo: la patria y la bandera.
· Se coloca la religión en el plano público en lugar de dejarla en el ámbito de lo privado, tal como corresponde a una sociedad laica.
· Se practica una política de sumisión a los dictados del Imperio, sin la menor alusión a los errores cometidos y sin informar sobre el alcance de las decisiones del gobierno a la ciudadanía.
· Se firman sentencias aberrantes, que ponen de manifiesto la cerrazón ideológica de muchos jueces.
· Se ríe el mal gusto, lo zafio, lo desagradable. Se aplaude todo aquello que excita los más bajos instintos.
· Se habla del fin de las ideologías, de la muerte de la política, de la liquidación de la historia.

El fascismo es una etiqueta que se emplea con excesiva alegría y falta de conocimiento.

El fascismo es una actitud autoritaria. Es un regreso a la tiranía después del largo camino democrático iniciado con la Revolución Francesa. Es una revolución en sentido contrario, utilizada por la derecha tradicional cuando las circunstancias lo aconsejan.

Es la familia, el municipio y el sindicato, como un todo único, en la conocida tríada franquista.

Es el corporativismo. Es la guerra como última justificación del poder.

El fascismo se construye con el tiempo. Se cultiva mediante la intolerancia, la falta de respeto, la irresponsabilidad, la altanería, la violencia, la mentira, la hipocresía, la xenofobia, el engaño.

Hay que combatirlo de raíz, para que no prospere.

España es un país democrático, pero hay muchos signos parafascistas. Y el que no los quiera ver, o es un iluso o es un necio.
Alf Duran Corner

 

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