POR QUE IRAK ?

Focus: Política
Fecha: 12/09/2002

Tras la triste efeméride del “nine eleven”, tras la exhibición mediática que explica como sacar partido económico al terror, viene el epílogo con una etiqueta, ya muy sobada, que pone en negrita: Irak.

Cuáles son las razones para sacar ahora este contencioso?

Resulta evidente que no hay prueba empírica que relacione el atentado de las torres gemelas con la dictadura de Bagdad. Ni siquiera la CIA se ha inventado una historia que justifique las actuales amenazas.

Cuando estás en la cúspide del imperio, no hace falta buscar coartadas.

La secuencia de los hechos ocurridos permite identificar la lógica.

Estados Unidos sufrió, en propia carne, el terrible zarpazo del terror nihilista. No lo han superado y tardarán mucho en hacerlo.

La guerra de Afganistán ha sido un fracaso. El país continúa fragmentado, en manos de reyezuelos con ejércitos propios e intereses mafiosos. De Bin Laden no hay noticias.

La economía USA no prospera y puede caer en el “double dip” (doble recesión). Los escándalos de la clase empresarial, que han manchado a algunos miembros del gabinete de Bush (incluido él mismo), producen recelo entre los inversores.

La monarquía saudita, a caballo entre la corrupción interna y la financiación del islamismo radical, no parece el mejor aliado a largo plazo.

Los socios europeos son débiles, política y militarmente.

La jugada estratégica pasa por una política económica de corte keynesiano (con sesgo a la derecha), que ceba la bomba a través del gasto en sectores de defensa. A corto plazo es un potente acelerador.

La máquina de guerra más poderosa del mundo ataca a Irak sin contemplaciones y sustituye a Saddam Hussein por un gobierno títere (modelo afgano).

Estados Unidos se asegura el control del segundo productor mundial de petróleo. Tras una fuerte subida, el barril tipo brent se sitúa en precios razonables, con la entusiasta colaboración del gobierno Putin y las reservas rusas. Arabia Saudita se ajusta a los cambios del entorno.

La bandera americana, bien aireada por el colosal aparato mediático, proporciona la cohesión social interna necesaria para arropar moralmente el proyecto.

Pero todo esto hay que hacerlo rápido y bien. Ahora veremos si el cowboy es capaz de solucionar eficazmente el embrollo que él mismo ha montado.

De no ser así, mejor que tome “el último tren de Gun Hill”.
Alf Duran Corner

 

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