PRONOSTICOS ELECTORALES
Focus: Política
Fecha: 08/03/2004
Dice Peter Sloterdijk que hay que distinguir el pesimismo metodológico del pesimismo existencial. El pesimismo metodológico es una herramienta incuestionable, porque pensar en lo peor es la base misma del análisis.
De aquí parte mi escepticismo sobre las encuestas electorales y la estimación de resultados del próximo 14-M.
En cualquier sondeo (político, económico, social) conviene despejar tres incógnitas.
La primera se refiere a la distancia entre la actitud y la conducta (lo que en la jerga de los especialistas se denomina “el paso al acto”). Que yo prefiera un producto, una marca o un candidato no significa necesariamente que opte por él en el momento de la verdad.
La segunda tiene que ver con la interpretación que se da a los colectivos que no se definen explícitamente (lo que algunos analistas políticos describen como “cocinar” los resultados). Pueden sesgarse según convenga.
La tercera (la más compleja) persigue dimensionar el impacto de los propios sondeos sobre los decisores (en este caso, los votantes). Aquí el papel de los medios es muy importante, y cuando estos están controlados por el gobierno de turno, el grado de influencia crece significativamente.
El periódico “La Vanguardia” (por ejemplo) titula a página entera los resultados del CIS que casi aseguran la mayoría del PP, sabedores de que muchos lectores apenas pasan de la portada. “El País” subtitula a tres columnas y de una forma muy discreta. Sería muy interesante la experiencia de unas elecciones sin sondeos, es decir, sin manipulación mediática.
A esperar pues que llegue el día 14 y los ciudadanos ejerzan el derecho y el deber de votar. A lo mejor nos llevamos algunas sorpresas...
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