PROPIEDAD Y GESTIÓN
Focus: Economía
Fecha: 01/04/2010
En el origen, la empresa – genéricamente hablando - nace por la voluntad de un emprendedor que tiene una idea o por la explotación de un privilegio concedido por el poder. La racionalidad económica y el devenir histórico producen una explosión de ideas a desarrollar y reducen el ámbito de los privilegios.
Con el tiempo, el primer bloque queda en manos de la iniciativa privada, y el segundo pasa al control público. Es por eso que el Estado, en particular en la Europa del bienestar, se apropia de algunos sectores básicos (el agua, la luz, los ferrocarriles, el teléfono, etc.) y constituye monopolios de oferta. La lógica social que subyace a esta medida es que esos servicios – por ser de primera necesidad – no deben tener afán de lucro.
Pero los neoliberales atacan el papel del Estado como actor principal de la economía y consiguen que éste privatice la mayoría de esos servicios. El argumento es que el Estado no sabe gestionar porque no tiene mentalidad empresarial. El Estado recibe dinero privado que sirve para sanear mínimamente sus cuentas públicas, y comete la aberración de transformar monopolios públicos, sin afán de lucro, en monopolios privados orientados a la maximización de beneficios. Su coartada – pobre coartada – es que así liberaliza el mercado.
Además, esto lo hace en un maridaje espurio entre algunos políticos y algunos empresarios o funcionarios privilegiados. Es el capitalismo
”crony” o “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo de compañeros de pupitre”. Ha enriquecido obscenamente a unos pocos y ha empobrecido al resto.
En España tenemos grandes ejemplos: Telefónica, Endesa, Repsol, BBV
A (
Argentaria era un banco público), etc. Empresas privadas con mercados cautivos cedidos por los gobiernos de turno.
Ahora las buenas gentes se quejan, por ejemplo, de que el sistema eléctrico en Catalunya esté hecho una ruina, de que apenas se haga el mantenimiento imprescindible de la red, de que no se paguen las indemnizaciones por fallos continuos en el suministro. ¿Pues, qué pensaban? Esto es capitalismo,
“hard capitalism”.
Este tipo de empresas han de estar en manos del Estado y deben ser dirigidas de forma eficiente y eficaz por managers profesionales. Querer confundir la propiedad con la gestión es ignorancia o mala fe. O las dos cosas.
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