QUÈ VOLEN AQUESTA GENT QUE TRUQUEN DE MATINADA?

Focus: Política
Fecha: 12/01/2017

Han pasado muchos años desde que María del Mar Bonet puso música al poema de Lluís Serrahima sobre la iniquidad del régimen franquista, que algunos ingenuos consideran ya enterrado.

Pero la cruda realidad de los hechos ha dejado claro que el franquismo sigue vivo, no sólo el sociológico sino el operativo, aunque en ocasiones se disfrace como un poder independiente.

Las detenciones de Joan Coma y de otros representantes municipales catalanes por defender la independencia de Catalunya, su traslado a la “Audiencia Nacional”, el trato vejatorio sufrido durante el procedimiento, las amenazas penales al ex-Presidente de la Generalitat, a la Presidenta del Parlament de Catalunya, al portavoz del PDCAT en el Congreso, etc., etc., son una prueba de que, en el fondo, nada ha cambiado.

Soy de los que creen que la “transición” fue una gran trampa que la izquierda oficial aceptó para poder entrar en las plataformas del poder. Esto permitió que, a cambio, las estructuras de la dictadura (las jurídicas, las militares, las burocráticas) se mantuvieran incólumes. Si convenía, se cambiaban los nombres de los cuerpos represores y todo quedaba resuelto.

Un buen ejemplo lo tenemos con la Audiencia Nacional, un “tribunal de excepción”, que sustituyó al ignominioso Tribunal de Orden Público, de tal forma que incluso nació el mismo día (4 de enero de 1977) en el que el TOP desaparecía. Por no cuidar, no cuidaron ni las formas. Un “tribunal de excepción”, que mantiene a Arantza Zulueta, destacada abogada vasca defensora de los presos abertzales, en la prisión de Puerto (Cádiz) desde enero de 2014, en unas condiciones de aislamiento impropias de un país civilizado. Un “tribunal de excepción” que se ha institucionalizado y que cada vez asume nuevas competencias, al margen de las instancias clásicas del sistema judicial. Es aberrante que la excepcionalidad se perpetúe, hecho que sólo puede ocurrir en un Estado que se sale de la normalidad, un estado pre-democrático que no acepta el derecho de los pueblos a la autodeterminación.

Hay que estar atentos porque las detenciones y los paseos hasta Madrid (bien esposados) van a ir in crescendo. Será una buena prueba para calibrar el valor ético de la ciudadanía y su capacidad de respuesta. No podemos quedarnos con los brazos cruzados frente a una realidad lacerante.

Es el momento de recordar al pastor luterano Martin Niemöller y las duras palabras de reproche dirigidas a sí mismo y, por extensión, a sus compatriotas alemanes:

 

“Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a llevarse a los judíos, no protesté porque yo no era judío.

Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar.”

 

Por si no estaba suficientemente claro.

Alf Duran Corner

 

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