RECONVERSIÓN

Focus: Sociedad
Fecha: 23/06/2003

Estamos acostumbrados a reconversiones industriales, a reconversiones urbanísticas. Ahora estamos en plena reconversión ideológica.

La España democrática, la España posfranquista, se declaró a sí misma un Estado aconfesional, un Estado que interpretaba que la religión, cualquier religión, pertenecía al ámbito de lo privado y como tal debía ser respetada, siempre y cuando no pretendiera invadir el espacio público.

El gobierno del Partido Popular, que preside el señor Aznar López, ha hecho caso omiso de la carta constituyente y ha dado un paso más para acercarse al modelo del régimen dictatorial que sufrimos durante cuarenta años y del que parece sentir nostalgia.

De nuevo el poder fáctico de la Iglesia católica ha pactado con la Administración un acuerdo retrógrado por el que la asignatura de “religión” (es un eufemismo, pues se trata de la “religión católica”) se equiparará al resto de las asignaturas en la enseñanza media. Servirá para pasar curso, como las matemáticas o la física.

El problema tiene sus orígenes en que en España, tradicionalmente, el Estado ha cedido buena parte del proceso educativo a la Iglesia católica. Los colegios privados (de inspiración religiosa o no) hacen de su capa un sayo y trabajan con fondos propios. El resto, que es la mayoría, está formado por colegios públicos o concertados, que reciben fondos de un Estado aconfesional.

Hasta ahora esos fondos estaban destinados a educar a ciudadanos libres, responsables y tolerantes. Ahora van a servir en parte para adoctrinarlos.

Porque la religión puede ser muchas cosas. Puede ser una coartada frente a la dureza de la vida, puede ser un conjunto de ritos bien hilvanados, puede ser una superestructura ideológica, pero puede ser también “doctrina”.

Y la “fe” no se enseña. Se cree o no se cree. Que unos enseñantes controlados por los obispos y pagados por el Estado impartan “doctrina” en un marco aconfesional es una aberración.

Sólo falta que recuperen la “Formación del Espíritu Nacional” y el pacto atlántico entre Bush Junior y Aznar López habrá alcanzado su cenit.
Alf Duran Corner

 

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